viernes, 17 de febrero de 2012

FEIRA DAS CIENCIAS (IES ALFREDO BRAÑAS DE CARBALLO)

VIII FEIRA DAS CIENCIAS
IES ALFREDO BRAÑAS DE CARBALLO

26 Y 27 DE FEBRERO DE 2013
(TARDE DEL MIÉRCOLES 27, JORNADA DE PUERTAS ABIERTAS 
PARA EL PÚBLICO AJENO AL CENTRO)

En época de recortes económicos en los servicios básicos y de ataques permanentes e interesados a la educación pública y a los profesionales que la imparten, resulta gratificante comprobar que eventos como este se perpetúan en el tiempo gracias a la dedicación desinteresada, muchas horas de su tiempo libre durante meses, de profesores y alumnos.
Todo ese esfuerzo para poder mostrar, a sus compañeros y al público en general que se interesa por el buen funcionamiento del sistema público educativo, que las aplicaciones de la ciencia y la investigación son de una utilidad imprescindible para el progreso de nuestra sociedad y que, además, se puede enseñar y aprender de forma amena y divertida. Y es de justicia recordar que en el Instituto Alfredo Brañas de Carballo se viene haciendo mucho antes de que algunos programas de entretenimiento televisivo mostrasen interés por este tipo de experimentos.
A mi parecer es un acontecimiento imprescindible que no debemos perdernos. Como ejemplo aquí os dejo algunas grabaciones de ferias anteriores facilitadas por el amigo y profesor José María de la Viña, principal animador y organizador de estas actividades.
SANTIAGO PAZOS      













domingo, 12 de febrero de 2012

EJERCICIOS DE ESTILO PARA ACTORES

(A propósito de “Último cowboy”, de Teatro do Noroeste)

Eduardo Alonso hace con los actores, en “Último cowboy”, algo así como lo que Raymond Queneau hizo con los escritores en su “Ejercicios de estilo”, exigirles el reto de enfrentarse a dos papeles que requieren el uso de todos los recursos interpretativos posibles, sobre todo a su protagonista masculino. O por lo menos eso parece al crear dos personajes con una fuerte personalidad que sólo podrán ser representados por actores con mucha memoria, mucha experiencia teatral y nada de miedo.
Y por lo menos el viernes pasado, en Carballo, Miguel Pernas demostró que se sabe la lección de carrerilla y ejerció de catedrático con una interpretación limpia en su gestualización y cargada de matices, utilizando distintos acentos y tonos de voz con naturalidad y vocalizando sin forzar, dando además a las pausas un acertado protagonismo que contrasta muy bien con la “letanía vaquera” del texto. Lo borda, y punto.
No puedo decir lo mismo de Luma Gómez, que se ve obligada a dar vida  a un personaje, con un forzado acento de Europa del Este, poco lucido por encorsetado y contenido, claramente en desventaja con la fuerza de su compañero de reparto. Afortunadamente le sobran tablas, como demostró por ejemplo en el papel de Doña Carmen Polo en “Glass City”, y logra defender su réplica con honestidad y profesionalidad.
Quizá sea un atrevimiento de Eduardo Alonso ofrecernos una obra de dos horas en esta época de urgencias económicas y estrés vital. Sin embargo, aunque trate de temas peliagudos y actuales como la crisis, el paro, la emigración, el racismo, la corrupción o la avaricia estafadora de la banca, resulta amena por su trama de comedia desenfadada. Lo consigue al introducirlos en la conversación cotidiana y sin darle, en apariencia, más protagonismo o importancia que la que le damos al contar cualquier accidente doméstico. Como referencias circunstanciales de una trama mucho más íntima y profunda que reside en la soledad y la desconfianza, en el romanticismo y la bondad, en el amor y el abandono. Ayuda también, en ese desenfado crítico y ácido sobre la realidad actual, el relato entrecortado de las aventuras de un vaquero en el Oeste americano, que corta las escenas y da continuidad actuando como desengrasante. Muy acertado, por cierto.
Es posible, como he leído en una crítica, que al final le falte tensión. Yo no sé si tensión, pero creo que un poco más de intensidad en la despedida podría ser adecuado para completar este interesante blues.
Por lo demás, merece nuestra recomendación para que acudan a verla si tienen oportunidad.
     
SANTIAGO PAZOS 

viernes, 10 de febrero de 2012

ALBERTO GENDE (FEBRERO DE 2012)

Alberto Gende, velado y transparente


La inauguración de “Pinturas ocultas”, primera exposición individual como pintor del reconocido diseñador gráfico carballés Alberto Gende, reunió en el Pazo da Cultura a un gran número de amigos y admiradores del artista.
El interés por conocer y disfrutar del trabajo más íntimo y personal de Gende viene precedido por el éxito conseguido en prestigiosos certámenes de artes plásticas y por su faceta profesional más conocida como diseñador gráfico. Sus carteles y programas para el FIOT, por ejemplo, son un referente que los aficionados al teatro esperamos con expectación cada año.


Son muchos los diseñadores gráficos que sienten la necesidad de romper con el corsé técnico y metodológico, que esa disciplina impone, para explorar campos creativos en los que la intuición y la libertad expresiva facilitan un desarrollo más personal de sus inquietudes artísticas. Libres de exigencias mercantiles, ataduras conceptuales  y dependencias documentalistas, pueden dar rienda suelta a su capacidad creativa más íntima. Me viene a la memoria el ejemplo del fallecido Diego Lara, pero podemos citar a Alberto Corazón o Mariscal por ser más conocidos fuera de su terreno profesional. Y el camino inverso, pintores que exploran el mundo del diseño, también ocurre con mucha frecuencia, pero no es el tema que nos ocupa hoy.


En “Pinturas ocultas”, Alberto Gende nos ofrece una doble faceta, que personalmente agradezco mucho en un artista, por una parte la sinceridad con la que nos muestra su proceso creativo y la transparencia narrativa de ese trabajo, y por otra parte el pudor velado ante los descubrimientos plásticos que el desarrollo de ese proceso ofrece.
Como él dice, en una entrevista reciente, lo que más le interesa es la búsqueda. De ahí que, si bien podemos observar en sus cuadros referencias que van desde el expresionismo abstracto al minimalismo, pasando por el pop art o el collage, Gende transciende cualquier etiqueta definida y sitúa lo que quiere mostrar y lo que pretende ocultar en un mismo plano protagonista, dejando así la puerta abierta a la imaginación y a la capacidad de sorpresa del espectador. Convirtiendo así su “búsqueda” en la manifestación más clara de una sensibilidad y un lenguaje propios.


Y como espectadores podemos descubrir que detrás de las pinturas ocultas de Alberto Gende se esconden algo más que dilemas puramente técnicos, cromáticos o matéricos. La lucha, o reflexión como él prefiere definirlo, entre lo mundano y lo íntimo, la materia y el espíritu, conforma un esquema vital y filosófico que imprime verdad al acto pictórico propiamente dicho.
Es una pena que lo abigarrado del espacio expositivo impida una visión más reflexiva de la obra. Pero aunque falta aire entre cuadro y cuadro, considero imprescindible para los aficionados a la pintura una visita a esta exposición que muestra mucho más de lo que oculta. Y por supuesto, mi felicitación más sincera al autor.

SANTIAGO PAZOS