miércoles, 2 de noviembre de 2011

RESUMEN FINAL DEL FIOT 2011

(FIOT 2011)
XX FESTIVAL INTERNACIONAL OUTONO DE TEATRO DE CARBALLO

DOS INSTANTES ÚNICOS
(PRINCIPIO Y FINAL DEL FIOT 2011)

SANTIAGO PAZOS

CARTEL DEL FIOT 2011 REALIZADO
POR ALBERTO GENDE
 
Aunque no haré un balance, sí se me antoja necesario un somero resumen de lo que hemos visto y comentado ya, con suficiente profusión, en intrusosenlared.
En mi memoria persisten algunos acontecimientos escénicos que disfruté en directo y que nunca olvidaré. Por citar algún ejemplo: Lindsay Kemp en “Flowers”, Pina Bausch en “Café Múller”, o Monserrat Caballé en “Madame Butterfly”. Y de la historia del FIOT también guardo algunos muy buenos recuerdos: “Edipo rey” de Teatro Corsario, “Quijote” de L’Om Imprebís, “El chico de la última fila” de Ur Teatro, “Burgher King Lear” de Compañía Joao García Miguel, o “La función por hacer” de Kamikaze Producciones.

TORVALDO FURIOSO

Y de todo lo que hemos visto este otoño guardaré dos instantes en los que la tensión dramática se hizo magia, únicos para mi satisfacción: el prolongado e inquietante silencio que me dejó sin respiración en “Torvaldo furioso”, de El Óbolo Producciones, y el efecto paralizante de los cortinajes. del dosel que cubría el lecho de Lucrecia, al caer sobre el escenario en “La violación de Lucrecia”, con Nuria Espert como única protagonista. Dos grandes y completas obras, principio y final del FIOT 2011, que ¿salvan? por sí solas un programa, en general, bastante mediocre.

NURIA ESPERT EN "LA VIOLACIÓN DE LUCRECIA"

Del resto de la programación, dejando a un lado los aspectos negativos que ya están recogidos en las correspondientes críticas publicadas y sin olvidarnos de nadie por el inmenso respeto que nos merece el trabajo ajeno, podemos destacar lo siguiente: las buenas intenciones del elenco de “O florido pénsil”, las atenciones y buen rollo de la gente de Yllana y Ron Lalá en sus respectivos “Café con…”, el artesanal y magnífico acabado de las marionetas de Teatro de marionetas de Porto, los riesgos que asume Quico Cadaval en la adaptación de “Oeste solitario” al incluir técnicas del cómic para su montaje y su instructiva y esclarecedora participación en “Café con…”, la simpatía y delicadeza de “Plecs”, las caras de Lusco e Fusco al estilo de Buster Keaton por momentos, el vértigo seductor de Desastronauts, la seriedad reflexiva y la profesionalidad de Macarena Recuerda Shepard, la buena organización y puntualidad de “A rúa dos contos” con los destacados Obras públicas, Cándido Pazó, Quico Cadaval y el descubrimiento de Absurdia Teatro y, para terminar, la ilusión participativa de los niños en el XI Concurso Escolar de Teatro Lido “Xosé Manuel Eirís”.

XI CONCURSO ESCOLAR DE TEATRO LIDO
"XOSÉ MANUEL EIRÍS"

Después de tantas horas de propuestas escénicas quizás parezca poco, pero desde mi punto de vista no hay nada más que destacar. Con “Torvaldo furioso” y “La violación de Lucrecia” se demuestra que se puede hacer buen teatro, tanto clásico como contemporáneo, y que la crisis actual del teatro es la misma que ha habido siempre, la que provoca que se puedan representar obras así de excelentes. 
Ahora podemos ponernos a discutir, como cada año, sobre qué modelo de festival queremos para Carballo, si programas serios para aficionados exigentes, o ensaladas completas para todos los públicos. Yo por mi parte lo dejo ahí esperando que 2012 no sea peor. Mucha mierda y viva el teatro. Adios


Salud   

    






martes, 1 de noviembre de 2011

La violación de Lucrecia

(FIOT 2011)
XX FESTIVAL INTERNACIONAL OUTONO DE TEATRO DE CARBALLO

¡Cuántas veces los oídos nos marean el corazón!
(A propósito de “La violación de Lucrecia”, con Nuria Espert)

SANTIAGO PAZOS


Si ayer no disfrutaste de algunos momentos de emoción, de esos acontecimientos que uno no olvida fácilmente, es que no te gusta el TEATRO. Irás a sentarte al patio de butacas para ver espectáculos variopintos como cuando te recuestas delante de un televisor a zapear en busca del programa que menos aburra tu existencia, pero en realidad no te gusta el TEATRO como actividad única e irrepetible en el que el ser humano se desprende de todas sus caretas y se muestra desnudo ante la pureza de los sentimientos más escondidos, más íntimos, más vergonzantes, o más queridos.
La violación de Lucrecia es todo eso dicho con palabras que queman, en el corazón y en el estómago, mucho antes de ser pronunciadas. Y Nuria Espert ejerce de perfecta mensajera, pone la voz y el cuerpo con una valentía y una entrega que te engancha, desde la primera escena, para situarte en un espacio de sensaciones difíciles de describir. Un espacio donde el espíritu y el intelecto conviven con armonía, un lugar que te cuesta abandonar. Voy recordando sonidos, tonos, gestos y movimientos, mientras escribo esta crónica, y tengo que contenerme para no emocionarme, para poder contar la realidad sin excesiva afectación. Me cuesta.


Hubo un instante sublime, cuando los cortinajes del dosel se desplomaron sobre el escenario, que tuve que contenerme para no soltar un aplauso inoportuno. Y hubo un instante aciago, cuando el estruendo de un teléfono nos cortó la respiración como un cuchillo, que tuve que taparme la boca para no soltar un improperio censor.
Nuria Espert cubre con virtudes lo que algunos querrían ver como defectos, contra la agilidad de movimientos emplea la definición contenida y el paso seguro que se siente dueño del espacio en el que se mueve, contra los decibelios acústicos modula la voz con una entonación medida y plena de variados y ricos registros, y contra las prisas del teatro actual derrocha clase, temple y una memoria prodigiosa.
No es de menor importancia, para esta obra, la exquisita iluminación de Juanjo Lloréns, definiendo y matizando cada escena y cada movimiento con una delicadeza que a veces parece que es la propia protagonista la que ilumina los espacios que pisa; la escenografía de Ikerne Giménez, sobria y sin más elementos que los necesarios, dejando los vacíos amplios para que los focos sugieran protagonistas y la acción no encuentre ni un solo estorbo en su desarrollo; y la dirección de Miguel del Arco, que insinúa atmósferas y rechaza marcajes férreos.
Bravo por ellos. Un bravo enorme de agradecimiento y también reivindicativo de un TEATRO que sí es digno de llevar ese nombre.      

Salud