FIOT EN PAIISA

 LA TRAMOYA DE SANTIPAZOS

"SANTIPAZOS", obra de SANTIAGO PICOS



LA CULTURA EN TIEMPOS ADVERSOS

A PROPÓSITO DE FIOT EN PAIISA

Carballo, del 9 al 18 de octubre del 2020

 

SANTIAGO PAZOS


Solemos decir que el teatro siempre está en crisis y que quizás por eso gozará de buena salud eternamente. Y la cultura, en general, acostumbra a florecer entre los escombros de ciertas crisis de índole interna que se gestan en los procesos creativos que cada autor experimenta. Y entendemos que ese conflicto favorece la creatividad porque enfrenta al autor con su propia obra en una especie de lid descarnada al tiempo que placentera.

 

Pero además de esas personales catarsis, que intuimos necesarias e imprescindibles, la cultura también sufre, al igual que otros muchos sectores de la actividad humana, de esos achaques materiales externos que constriñen y coartan su natural progreso. Me refiero, en concreto, a los influyentes efectos de la economía. Porque la cultura, dejando a un lado el peso de la genialidad, además de su influencia en los coeficientes de salud mental y cívica de la propia sociedad, también se contabiliza en el PIB.

 

Sin embargo, estamos viendo cómo esa actividad, la más hermosa que puede realizar el ser humano, esa que conforta el espíritu, ya sea religioso o ateo, es conscientemente abandonada por los llamados poderes públicos que debieran fomentarla, cultivarla y cuidarla como un preciado tesoro sin pretender controlarla, dirigirla y manipularla, como acostumbran. Y no navega a la deriva gracias a la vocación y el empeño de tantos artistas que no saben hacer otra cosa que poner su cerebro y su sensibilidad al servicio de la colectividad.

 

Como podemos comprobar diariamente, esta pandemia está dejando al descubierto los descuidados bastidores que sostenían en pie, a duras penas, un supuesto Estado de Bienestar que resultó ser aún más enjuto y cutre de lo que muchos pensábamos. Y confiar en que de esta saldremos unidos y mejores es una letanía que puede confortar como un somnífero, pero hay que tener muchas dosis de optimismo para comulgar sin cruzar los dedos.

 

 

ACTO DE PRESENTACIÓN


FIOT EN PAIISA

Aún así, a pesar de los miedos, de los confinamientos, de la profilaxis sanitaria, de los aforos reducidos, de las escaseces y los enconamientos partidistas, el teatro pide paso y reivindica estar presente. Después de regalarnos reflexión profunda sobre la realidad improvisada, cuarentenas de pantalla abierta y entretenimiento online, necesita ahora de esa visibilidad carnal que lo distingue del resto de las Bellas Artes.

 

Por eso, el FIOT, en pausa o No, toma cuerpo también para no robarnos este otoño 2020. Y sí, lo hace un poco enclenque para lo que acostumbra, quizás menos ambicioso de lo que algunos podríamos desear y menos imaginativo de lo que podríamos sospechar. Mas al final, lo importante es que los aficionados carballeses podremos disfrutar de un programa en el que el teatro gallego será el protagonista.

 

Un programa que no asume riesgos, a excepción de ese Fiot Fónico, que innova por lo menos en el soporte y en su planteamiento escenográfico. Ya hablaremos, cuando la veamos, de esta propuesta “A lúa, válvula de spray” de Rosalía Fernández Rial y Quico Cadaval, que se desarrolla por el escenario de los grandes murales que embellecen Carballo gracias a esos proyectos llamados “Derrubando muros con pintura” y “Rexenera Fest”. No sé a qué corresponden esas iniciales (LIDISS) que dan nombre a la Compañía, ni su supuesto significado (Laboratorio de Investigación en Innovación Social e Cultura Sostible), pero estoy seguro de que cualquiera de los dos por separado, o juntos, son capaces de desarrollar una teoría (in)creíble y bien fundamentada al respecto.

 

La guinda la pondrá “Prostitución”, dirigida por Andrés Lima y estrenada con gran éxito en Madrid en el mes de enero. Con Carmen Machi (acordaros de “Juicio a una Zorra”), Nathalie Poza y Carolina Yuste. Un Cabaret documental, dicen, donde se plantea la disyuntiva entre abolición o regulación de una lacra que, de forma insultante y eufemística, acostumbran a denominar el ¿oficio? más antiguo del mundo.

 

En medio, los siempre sorprendentes Chévere con “Curva España”, donde, a partir de una anécdota, construyen una historia que juega con la realidad y la ficción para descubrirnos las claves de su veracidad. Su método de trabajo, acudiendo a las fuentes documentales y la investigación de campo, unido a esa perfecta sintonía entre Miguel de Lira y Patricia de Lorenzo bajo la dirección X. Ron son ejemplo de excelencia.

 

Sarabela, Compañía veterana por tiempo en el tajo (40 años) y por logros, nos trae “A lingua das bolboretas”, adaptación de la exitosa obra de Manuel Rivas. Rebordelos nos trae “Liberto”, la última gran sorpresa del teatro en Galicia que cuenta con 7 nominaciones para los Premios María Casares. Amorodos trae “A xente 2.0”, una propuesta de teatro asambleario donde se podrá debatir sobre la capacidad que el ser humano tecnológico tiene para participar e influir en el funcionamiento de la sociedad en la que vive. Y Emma Santos con “Live” intentará sorprendernos con una Performance que pondrá en cuestión la verdad de nuestras vidas retransmitidas a través de las redes sociales.

 

Y no, no tendremos Fiotiños, ni Teatro Lido, ni Rúa dos Contos, ni tanta alegría, ni esa frescura que permite el contacto carnal y la carcajada al aire, pero se mantiene Metro Cuadrado. Una sección que con sus pequeños formatos nos muestra líneas maestras de proyectos escénicos que persiguen un reconocimiento que les permita crecer. Este año, incluso, con la participación de profesionales de reconocida trayectoria como Iria Pinheiro o Helena Salgueiro, además de Constance Hurlé, Ana Abad de Larriva, Producciones Sr. López y Utopías.


Pudo ser más y pudo no ser nada. Disfrutemos, si tenemos suerte de conseguir entradas, de lo que podamos, crucemos los dedos para que todo discurra sin sobresaltos, lavémonos las manos, guardemos las distancias y pintemos sobre nuestras mascarillas las muecas que mejor definan nuestros estados de ánimo. Vivimos tiempos adversos en la cultura, en la sanidad, en la educación, en la economía y, a pesar de todo, debemos agradecer que el teatro pervive por encima de sus crisis y el FIOT en pausa, o No, también.