Como digo en la declaración de intenciones de INTRUSOS EN LA RED , esta es una página interactiva. En este salón caben la verdad de cada uno, tu opinión y la mía. Para empezar aquí tenéis la primera colaboración, la obra de teatro “Entre bloques de cemento” escrita por David Torres.
Su estilo, que podríamos encuadrar en el teatro del absurdo, es fresco y directo. Dos personajes nos abren su mente de una manera descarnada, y acaso cruel, para transmitirnos su visión de una realidad cuya comprensión, o asimilación, escapa a su propio razonamiento. Y quizás por eso entienden mejor su mundo y lo desmenuzan a través de un complejo sistema metafórico que nos obliga a preguntarnos el qué y el para qué somos...
Las fotografías que ilustran el texto pertenecen también a David, al que agradezco su confianza y su trabajo.
ENTRE BLOQUES DE CEMENTO
DAVID TORRES
(Un escritorio y una silla a cada lado del escenario y una cama en el centro. En cada uno de los escritorios está sentado un personaje. A la izquierda Él vestido completamente de negro, en el escritorio de la derecha Ella vestida de blanco, ambos con pantalón y camisa, sin zapatos ni calcetines. Los dos están situados enfrente de un ordenador portátil.
En el centro sobre una caja, una pistola.
La cama está dividida en dos, a la izquierda es blanca y a la derecha es negra)
(Voz en off que no pertenece a ninguno de los dos personajes.)
Nueva corriente de pensamiento.
Como base de su filosofía publicaron este tratado sobre la nueva teoría, del también supuestamente nuevo pensamiento occidental, justo antes del gran incidente.
Capitulo primero.
Significado de la palabra belleza:
No más esperanza. Es tiempo de actuar. Algo va a suceder. No produzcas. No consumas.
Algo va a pasar.
El manuscrito de este tratado fue hallado en el área cuatro hace dos semanas por el equipo de inspección antropológica. Como primer posible dato significativo, decir que pudo ser publicado sólo un día antes del gran incidente.
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-1
- (Ella) Estás atrapado entre bloques de cemento.
- (Él) ¿Acaso tú no lo estás?
Silencio
- (Ella, mirándolo desde su silla) No vemos ya ni lo que nos dejan ver, esto parece un juego macabro en el que sólo nos resta aceptar los movimientos como si fuésemos nosotros quienes los provocan.
- (Él) ¿Que pasaría si todos nos paralizásemos?
- (Ella, pensando) Posiblemente les otorgaríamos aún más poder.
-(Él) ¿Más aún?
-(Ella) Sí.
-(Él) ¿Y si todos nos convirtiésemos en terroristas suicidas? Tal vez así se darían cuenta de que nos están apretando demasiado.
- (Ella) No, yo creo que así apretarían más aún.
Silencio
- (Él) ¿Tu recuerdas cuanto tiempo ha pasado?
-(Ella) ¿Desde cuando?
- (Él) Desde que nos encerraron aquí.
- (Ella) No estamos encerrados, esto es un regalo, pero no sabemos manejarlo.
- (Él) Tengo ganas de cantar.
- (Ella) Pues canta.
-(Él) Sólo se me ocurren canciones tristes, sobre gente que sobredimensiona el poder, sobre gente que tiene hambre, ya sea de alimento ya sea de información.
-(Ella) Nadie te querrá escuchar entonces, esas cosas no interesan a la gente que sobredimensiona el poder o a aquellos que están hambrientos.
--(Él) Pero a ti sí te interesa.
--(Ella) A mi sí.
-(Él) Entonces voy a cantar.
(Largo Silencio durante el cual Ella mira su ordenador y Él hace gestos de intentar cantar sin que le salga ningún sonido, finalmente se rinde)
-(Ella) ¿No ibas a cantar?
-(Él) Es que me he puesto triste.
-(Ella) Tú siempre estás triste.
-(Él) Más que normalmente. Añoro las risas de la gente.
-(Ella) La gente está muerta.
-(Él) Por eso mismo las añoro. ¿Y si resulta que toda esa gente que parece muerta está pensando lo mismo que nosotros? Tal vez todos piensan que ha llegado el momento de que pase algo.
-(Ella) ¿Sin bombas?
-(Él) Tal vez.
Silencio
-(Ella) ¿Tú recuerdas porqué estamos aquí? (Comienza a llorar)
-(Él) Tranquila que no nos va a pasar nada.
-(Ella) Pero algo debería pasar, ¿No? Tal vez estoy en el vacío.
- (Él, nervioso) ¿Qué es el vacío? ¿Existe en realidad aquello que llamamos vacío? ¿Por qué razón tengo tantas ganas de llorar? ¿Por qué no lloro? ¿Por qué no actúo?
Aquí había animales, estoy casi seguro.
(Cada uno se queda mirando a su ordenador)
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2
(Voz en off, de Él.)
Y digo yo, que digan lo que digan, estamos en algún lugar. Dicho esto: algo en nuestras mentes, o en el corazón, o en los cojones. No nos violentemos, que las palabras parecen existir. Y digo yo que eres tú quién habla. Pero no parece importante quién lo diga si vamos juntos por un camino en el que nos respetemos. Lejos de ti, tú que tocas la trompeta, cabalgando de frente o de espaldas. Espaldas de todos, espaldas que tenemos que compartir, que ya nos llegó de oscuridad y falacias, qué palabra ésta. No pienses o no actúes. Hazlo. No te pierdas en el camino. Acuéstate en el campo o en el viento, qué carajo, dejadnos estar, que esto no está mal, no está bien. Las cosquillas del aplauso, las ostias del rugir, que a veces el rugir manda y no es malo. Tan sólo si es bajo una orden del mal bien querido. Que todos somos un gobierno. No importa lo que importa o lo que llega de algún lugar. Allá lejos habló mi padre. Han perdido el control. Pero digo yo. ¿Quién manda sobre ti? ¿Quién piensa que tienes que pensar? Yo y vosotros. ¿Qué coño, carajo o árbol que se dispersa en tu cabeza? Y digo yo, que digan lo que digan, estamos en algún lugar.
No pienses o no actúes, hazlo, no te pierdas en el camino.
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Silencio
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3
(Ella se levanta y camina hacia el centro. Él la mira.)
-(Él) ¿A dónde vas?
-(Ella) Paso a paso voy llegando a mi lugar.
-(Él) Pero es doloroso, ¿no?
-(Ella) Sí, pero de todas formas, si llueve es porque el sol se mueve.
Así que voy hacia la luz, que ya estuvo oscuro por demasiado tiempo, y si lo piensas
tú eres los árboles y los ríos que te estás comiendo.
- (Él) Sí pero como bien dijiste antes, si está lloviendo es porque el sol se mueve.
Silencio
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(Él se acerca a ella, la coge de la mano, y le pregunta)
- (Él) Bueno, entonces tú, ¿Cómo te ves?
-(Ella) ¿Cómo me veo o cómo me ven? (Suelta su mano de la de Él y comienza a hablar). Imagínate que me llamo Javier. Como babosa pensamiento ojos desnudos Javier, J para los amigos que dicen.
"Antes estaba bien o después estará mejor.
En casa desnudo pasa el tiempo vistiéndolo de hormigón. Como enfermedad, culpa disculpa generacional".
- (Él) No hay avance tecnológico sólo vidas que pasan sin racionalizar nada.
-(Ella) Ganando qué pasta.
- (Él) La nueva machina andata.
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Silencio
- (Él) Pues yo, he destrozado caminos. Ahora me encuentro a mí mismo.
Y ya no sé donde están los malditos. Me río como un río por su cauce tranquilo.
Siguiendo su instinto. Camino del mar alimentando árboles. Comiéndose árboles. Siendo hierba. Y árboles, siendo parte de la tierra. Como niños tranquilos nos cogemos de la mano. Nos miramos. Sonrisas de corderos degollados. Tierna y macabra sensación cuando te levantas de la cama. Pero luego el mar nos abrasa. Nos pegamos como perros que se aman. Luego llega soledad, a veces acompañada, a veces le doy la espalda, me olvido de los ríos y voy por el camino.
-(Ella) ¿Dónde están mis amigos?
- (Él) Detrás de las puertas y las piedras. Tengo tierra, y con agua moldeo mi fiera. Me peleo con ella. Arranco las puertas.
-(Ella) La luz nos desintegra.
- (Él) Somos átomos. Vida. Somos como soles y a veces nos ciega. Pero es tan sólo una película. No te preocupes. Nada importa. Me lo dijo un sabio una noche de tormenta. Nada es, ni nada tiene que ser. Eres viejo desde el nacimiento.
Pero, ¿y si te comparas con el universo?
-(Ella) ¿Qué coño es eso?
- (Él) La misma mierda que el tiempo.
-(Ella) No quiero saberlo. Ni puedo. Ni sé si debo.
- (Él) Ahora callemos. Sigamos jugando a ser capitanes de un barco sin rumbo.
Barco mercante que pretende matar Dioses y monstruos en forma de tópicos
-(Ella, gritando) Dejadme en paz!!! El mar está para disfrutar!!! (Comienza a llorar y sigue gritando al tiempo que solloza). Atolladeros y truenos. Y mosqueteros en las esquinas de las cajas de metal. No hay más que perros y cajas de metal. No recuerdo nada más. Todo es bienestar. No puedo protestar. No tengo cara. Miro para atrás como cuerpo de metal. Historia contada! cortada! copiada! pegada! No me convenzas!!!
(Él se acerca cuidadosamente a Ella y, cariñoso, la abraza y comienza a susurrarle al oído)
-(Él) Esto me recuerda que hoy, al despertar, me senté, pero ya estaba mirando
por dentro antes de llegar. Pienso que disiento de lo que acabo de pensar. Te veo y pretendo que entiendas que estoy contento, contento de verdad. Y no me pesa el monstruo cuando despierto y me miro al espejo y estamos dentro con monstruos parecidos a los nuestros, y así es como me siento.
(Ella se separa bruscamente de Él, se sienta frente a su ordenador)
-(Ella) Nos estamos poniendo un tanto dramáticos, ¿no crees?
- (Él) No sé, hoy la lluvia cae sobre mí. Soy un planeta y al igual que a ti me afectan las tormentas.
-(Ella) Tantas veces he olvidado recoger las maletas. Y los nombres de los lugares. Y las cosas. Y los amores escondidos que desean a otras personas.
-(Él) Y ahí siguen. Personajes que transcurren entre hilos tejidos por el capital en el mercado de deseos, pertenecen a los mismos que piensan todo el rato." Estoy loco, no acepto mi ritmo. Me lo como y estalla el universo.
-(Ella) ¿Y qué coño es eso sino la misma mierda que el tiempo?
-(Él) No creo en eso. En ti, sí. En mí, a veces.
-(Ella) Pero ellos están siempre. Ellos y los hilos tejidos con nuestras manos para asfixiarnos.
-(Él) Te sientes culpable todo el rato.
-(Ella) Tranquilo son los curas de las religiones. Y los bancos. La supuesta historia.
Y el querer estar más allá antes de llegar más acá.
- (Ambos) RAZA ENGREIDA. NO HAY FECHAS. ES MENTIRA!!!
( En silencio, se quedan un rato los dos consultando sus ordenadores)
- (Ella) Acabo de leer un email de Jonás, dice que se cayó al mar y que amó a un pez gigante. Como se ama de verdad. Con sal. Dice que pensó, ¿qué más dan los demás
si tengo sal y amor debajo del mar?
-(Él) Todos le dan igual. Todos perforando a los demás. Todos somos animal.
- (Ella) Dice que está encallado en la verdad de los residuos podridos y que todo lo bonito pasa despacio, resultando divertidos la sal, el amor y todos los demás escondidos bajo el mar.
-(Él) Hoy pasan las palabras y siento que no significan nada. Vuelvo, ya nadie se acuerda de que he estado. Desde dentro lo veo y lo siento. Cuento, pero las matemáticas no me sirven para nada.
-(Ella) Nada es Nada.
-(Él) Me descompongo. Me disuelvo. Diversifico los círculos. Lo acepto y me caigo.
-(Ella) Cago en la nada y en los malditos juegos de palabras.
-(Él) Maldito! Qué palabra. Labra labrador que ya no es tiempo de jofainas, los perros cantan, ladran, ríen, lloran, cantan sin parar y los vientos no vienen ni van. Y la busco. Tranquilidad! En mis sueños la busco y la deseo, me agarro al mundo y me digo: estoy dentro y salen las palabras.
¿Soy yo el que habla y se mueve? ¿Soy yo el que se expresa de forma arcaica y lejana? ¿Dónde el sentido de las palabras? Joder, persona tan sólo soy, mas no por ello deja de preocuparme y roerme el concepto yo… No poder salir de esta mi celda para todo mirarlo y decir sin más: todo lo veo mas no soy, y por no ser, claro lo veo. Todo está, sin más. No soy blanco ni negro soy ¿qué resulto no ser? Un capullo occidental que no llega a germinar. (Mira al público) Vosotros que ahí estáis sin osar hablar, pensando que finjo no veros para tranquilizarme, no me neguéis, tan sólo no soy una palabra que no molesta. Niego pero soy bueno. No es personal. Necesito tierra para no pensar en mataros. Por que os veo y os amo. Veo pajarillos y lindos campos, cerdos con gusanos, niños que juegan, padres matando.
-(Ella, gritando casi histérica) CÁLLATE!!!
-(Él) Es una sociedad que cumple una función… Y los números demuestran una vez más… Que no me podéis negar la sorpresa ante tales palabras.
(Ella lo mira y totalmente relajada, como si nada hubiese pasado habla)
-(Ella) ¿Nos acostamos?
-(Él) Vale.
(Él se acuesta a la izquierda de la cama y Ella a la derecha, ninguno de los dos se quita la ropa, la luz se va atenuando hasta estar en una rojiza semioscuridad, tras un silencio comienzan a escucharse sus voces en off, como en sueños)
-(Él) Ya estoy cansado, pienso que di demasiadas vueltas, aún así, debo seguir.
-(Ella) Cuando era pequeña siempre me decían: "No corras que te vas a lastimar".
-(Él) Ya estoy cansado, pienso que di demasiadas vueltas, aún así, ¿debo seguir?
-(Ella) En la esquina en la que más a menudo me encuentro conmigo misma hay pájaros que no se esconden, y cuando me doy cuenta siento envidia, aunque no siempre me doy cuenta. Aún así sigo con mi ruta de costumbre, costumbre animal, por supuesto, y me dirijo a lugares que me imagino que no conozco. Cuando llego a uno de estos lugares aprieto una pizca de aire y pienso en cosas minúsculas, de esas que saben pasar desapercibidas. La mayor parte de las veces no llego a ninguna conclusión. La verdad es que creo que no llego a pensar en nada. Y digo todo esto sabiendo que es de muy mala educación decir para acto seguido negar. De todas formas estoy sola, así que no importa.
-(Él) Cuando me aburro de pensar en cosas sin importancia pienso en el sol, pero si aprieta mucho, dejo de pensar en él. Y si no, siempre me queda el juego de caminar con los ojos cerrados, que tan sólo consiste en cerrar los ojos y caminar. En realidad la gracia del juego no está en lo que te pueda pasar a ti, porque no te puede pasar nada ya que vivimos en un mundo cómodo y seguro, la finalidad del juego es la de ser el más visto, lo malo que tiene es que pierde la gracia cuando comienzan a dolerte los pies.
-(Ella) A veces tengo hambre pero no me decido por nada, no como, pero eso no repercute para nada en mi caminar.
-(Él) Tengo una cabeza, y separado por los pelos un sombrero, en él pasan cosas que ni yo consigo ver. Más abajo tengo un cuerpo que necesita moverse de vez en cuando porque si no se oxida.
(Aumenta la cantidad de luz y a medida que esta se incrementa se despiertan los dos. Él se sienta en la cama y comienza a hablar con síntomas de nerviosismo que va en progresión según avanza en su relato)
-(Él) Esta noche me escapé. Cuando giré en la calle Tres Cuartos metí los pies en una charca. Lloré y lloré pero tan sólo conseguí mojarme más. (Se rasca la oreja). Ahora sigo rascándome la oreja, pero sólo sale cera. Piensa Prisa Piensa Prisa.
Fue entonces cuando conocí la ciudad por dentro. Las luces, el movimiento, el... Va va va va ¡vaaendeína!, como la cocaína. Desperté en un cuarto piso durmiendo con otros, todos conectados a algo. Más tarde vinieron unas manos que me mimaron, no había opción, tuve que viajar. Hamsters y demonios de los míos, árboles hermosos y árboles feos, caía una y otra vez.
(Ella se levanta lentamente y se dirige a su ordenador)
-(Ella) Tranquilo, si tienes que escupir, escupe.
(Él sigue hablando desde la cama)
-(Él gritando)¡¡¡ Cerrad las puertas joder, que me llaman!!!
(Silencio)
-(Él) Tengo ganas de ver algo nuevo, algo sin manchar. Me suda la piel con las ganas de gritar, pero no puedo.
- (Ella, mirando al ordenador) ¿Por qué?
-(Él) Porque nací. Porque crecí. Rumié y me atraganté.
-(Ella) Tararararára Tarará Tarará Tararararáraaaa…
-(Él) Había una canción en mi vida cuando era pequeño, recuerdo el caballo cobrizo y el volar sobre mí mismo y sobre los demás. Recuerdo las subidas y las caídas y recuerdo también sentarme sobre una gran tortuga y siempre olvidaba que la canción tenía que terminar. Miro para abajo y veo mis pies, aunque en realidad ni los miro ni los tengo, soy consciente de la tragedia. ¡No puedo caminar! Muy fríamente tengo una crisis nerviosa de dos minutos de duración, pero como un dulce y llego a la paz.
Sólo hay presente cuando no hay otra cosa que mirar, y como esto será lo que yo quiera que sea, me pinto otros pies y me pongo a caminar.
-(Ella) Ahora un silencio y a digerir.
-(Él) Soy parte del paisaje. Vale ya lo se, y...
Tengo un montón de cosas dentro. ¿Unas buenas y otras malas?
-(Ella) No lo creo, supongo yo que no serán tan distintas las flores y la mierda.
- (Ambos)1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
-(Él) No más humanidad por favor.
¡¡¡Que me la arranquen ya!!!
- (Ambos)1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
-(Él) Hay gatos en los tejados y en el cielo una luna nueva cada noche. No quiero pensar, ya duele demasiado. Tengo ganas de ver algo nuevo, algo sin manchar.
(Él se levanta de la cama y se dirige hacia su ordenador)
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-(Ella, habla para si misma, como recordando algo) Gatos.
-(Él) ¿En qué piensas?
-(Ella) En Amancio. Amancio surgió un día de un callejón lleno de ruidos, y a partir de ese surgimiento inventado pareció brotarme en cada pie un bosque de besos amargos. Y en cada brotar desaparecía de mí la sensación del mundo como creía haberlo conocido, si es que… Amancio me hizo sentir la otra costilla de esa otra cultura de hombres sentados, de esos que no dicen en alto: “soy calmo”. Pero no por eso creo en algo. Mejor dicho, no necesito. Sin más. Amancio me agarró. Me rodó. Me abrasó.
Él (Amancio), su nombre (Amancio).
Un encuentro como otro excepto por dos mil millones de razones.
Al día siguiente ya ni me acordaba de mi caja de cerillas, siempre con el temor a una chispa. Amancio es un gato, y como gato que es no tiene nombre, pero yo lo llamo: ¡ Amanciooooo! Si no, se me pierde en los contenedores.
A veces creía que lo amaba. Otras veces tenía ganas de comprarle una correa, pero pensaba: "Creo que no, mejor míralo”.
Amancio es un cuento sin fin. Un pintor que no pinta por convicción. El aire que hay entre tu bota y la baldosa.
Amancio es la nota que falta en María cantada por la Vaughan. Es la soledad acompañada. Es los juegos de palabras. La ausencia de diálogo en positivo. Una hache intercalada. Es mi obsesión, mi: “No puedo hablar, se me atragantan las palabras”.
Es todo eso más una pinza que me sangra el estómago, o la tripa, o la garganta.
A veces me regalaba al oído un: “La fleur jamais est calm”, y yo le preguntaba algo sobre una fiesta de cerezas que creo que hay en Japón, y él me decía no sé qué de las rocas quietas. Y nos reíamos, o llorábamos.
Amancio no se me olvida, y si lo hace lo siento aún más.
Voz en off de Él, mientras los dos consultan sus respectivos ordenadores
-La conciencia de ser.
El silencio, si es que hablase nos lo diría todo.
- (Él) Qué estupidez.
-(Ella) ¿Cómo?
-(Él) Nada nada, estaba pensando.
Voz en off de Él.
-Punto y aparte. El primer día sin importancia al que lo seguirían muchos más.
-(Él gritando) N o l o a c e p t e s!!!
(Ella lo mira y mueve la cabeza como disculpándolo)
-(Él) Estaba pensando... ¿Tú sabías que hay treinta y dos empresas en este país que controlan más del 40% del producto interior bruto?
-(Ella) Algo había oído.
(Largo silencio durante el cual los dos se mantienen consultando su ordenador)
-(Ella) ¿Cómo te encuentras? ¿Estás bien?
-(Él) Me encuentro totalmente vencido por la humanidad.
-(Ella) Se acerca el final y no sirve de nada pensar en la próxima palabra.
-(Él) El silencio lo niego en primera.
Y si es necesario también en tercera.
- (Ella) Pues yo no reclamo nada salvo mi comodidad.
-(Él) No hay lugar para…Soñar en algo nuevo. Soñar en algo sin manchar. Porque, si nada repercute en nada...
-(Ella) ¿Por qué no ser negativo o positivo?
-(Él) ¿Es en mi sueño donde no rozo lo que siento?
-(Ella) ¿Se convierte la pregunta finalmente en respuesta?
-(Él) ¿Son en verdad tres y tres cero?
-(Ella) ¿Qué importa si nada repercute en nada?
-(Él) Totalmente vencido en aras de la humanidad.
El silencio lo niego en primera y en tercera.
-(Ella) Otro comienzo, de forma inevitable, arroya al paso anterior.
Se cae lo pensado con anterioridad.
-(Él) Lúcido o ebrio. Delfín o escorpión. Un momento finalmente deseado.
-(Ella) Un final siempre en espera.
-(Él) Un resultado invariable. Ni siquiera lo por inventar será quién o qué para detener el percutor. Totalmente vencido en aras de la humanidad.
El silencio lo niego hasta en plural.
-(Ella) Lo frívolo es la respuesta adecuada. En cualquier lugar te encontrarás.
Cuando desees CAER BEBER de... En cualquier lugar. Caída hacia donde no duele.
Y el murmullo nunca acaba.
(Tras un corto silencio durante el cual Ella parece meditar, habla)
-(Ella) ¿Tú por qué crees que somos tan iguales el uno al otro?
-(Él) Supongo que porque somos un producto de lo mismo. ¿Nos acostamos?
-(Ella) ¿Otra vez?
-(Él) ¿Por qué no?, es una caída hacia donde no duele.
(En silencio se dirigen hacia la cama y se acuestan, Él en la izquierda y ella en la derecha)
-(Él) ¿Puedo decirte algo?
-(Ella) Por supuesto.
-(Él) Pues te lo digo alto y claro. De lo que estoy enfermo es de falta de rentabilidad.
No son buenos tiempos para pensar, estarse quieto y nada más.
Sí, sí, soy yo el que piensa. Es la indiferencia mi mejor protección. Mi escudo. Mi renta en la cabeza.
-(Ella) No va más. Posiblemente no puedas apostar.
-(Él) Está marcada. Hasta mañana. Después la borrarán. Es la realidad.
(La luz se va atenuando y cada uno se gira hacia su lado de la cama)
Largo silencio
Voces en off
-(Él) No comprendo una negativa constante o entiendo en realidad uno de los cuatro millones de pensamientos que cruzaron mi cabeza.
-(Ella) El deseo de saber porque sí te quema las retinas. El murmullo del pájaro que cae y no dice nada te hace sentir un idiota enamorado de una piedra. Y como medida nunca necesaria te disfrazas de “t” y barres hacia fuera. Que parece que duele menos por ajeno.
-(Él) El murmullo vuelve hacia ti en forma de canción nunca deseada.
El arco-iris lleva hoy demasiado rojo en su espalda y no vale la pena creer en la voluntad. Sin una caricia. Apenas nada. Caída hacia donde no duele.
-(Ella) Tengo todo el espacio por delante. Piso y olvido. Paso y transcurro.
Ni el recuerdo de ayer es constante y casi es seguro que el viento conceda que lo atravieses. El lugar que se reclama sin pausa abandona su egoísmo y mora en mente ajena.
-(Él) Repetición de figuras quietas pasando bajo un puente, oliendo un poco de estiércol, igual sin nexo, tal vez certeras.
-(Ella) La tranquilidad brota de algún remoto lugar allá donde siempre amanece…
De algún modo seguro que pienso en formas parecidas a esta, aunque en realidad, no vale la pena pensar. Cuando no vale.
(La luz aumenta poco a poco y Él se sienta en la cama)
-(Él) No puedo dormir, ¿y tú?
-(Ella) Yo tampoco, nos levantamos y hacemos algo sin los ordenadores?
-(Él) Vale
(Se levantan y se sitúan uno enfrente del otro en el centro del escenario, se miran como esperando que pase algo, Él se acerca a la pistola y la toca sin cogerla, Ella se pone nerviosa y habla)
-(Ella) ¿Nos acostamos de nuevo?
-(Él) Vale
(Ella se acuesta de nuevo, en la parte derecha de la cama al tiempo que Él se sienta frente a su ordenador)
(Largo silencio durante el cual Él consulta su ordenador y Ella se acuesta como intentando dormir. Incapaz de dormir, Ella se sienta en la cama y habla)
-(Ella) ¿Tú a qué edad comenzaste a andar?
-(Él, sin separar la mirada del ordenador) A los trece.
-(Ella) ¿Y a qué edad abandonaste la cama?
-(Él, sigue mirando el ordenador) A los veinticinco.
-(Ella) ¿Y crees en algo?
-(Él) No, pero una vez tuve un sueño. De repente tuve una pesadilla, pero fui valiente y luché contra todos los personajes de aquel mal sueño.
-(Ella) Entonces, estarás cansado, ¿no?
-(É, mirándola por fin) La verdad es que estoy exhausto. Ahora tan sólo quiero ver más allá del río, pero me siento viejo y no tengo suficiente energía.
-(Ella) Pero estás tomando la pastilla, ¿no?
-(Él) Sí, esa maldita pastilla que dicen sirve para olvidar.
-(Ella) Pero, ¿tú quieres olvidar?
-(Él, mirando el ordenador de nuevo) No.
Silencio
-(Ella) ¿Sabes?, lo que me acabas de contar me recuerda una historia que me contó mi abuelo de pequeña.
-(Él, apartando la vista del ordenador, la mira otra vez) Bien, me gustan las historias.
-(Ella) Pues mi abuelo decía que hace algo más de cien años un hombre abrió un banco, y que al mismo tiempo otro hombre mató a un amigo. Después de esto él decía que todo el mundo fue puesto en una caja y que con esta caja hicieron más cajas. Mi abuelo decía que el día que volviésemos a ver un autobús pasar frente a la ventana el cambio estaría cerca.
-(Él) Pero ya no hay autobuses.
-(Ella) Lo sé, lo sé, todo es confuso, pero mi abuelo decía que al tiempo que todo es luz, todo es oscuridad, que todo es lo mismo y que estamos volviendo cien años atrás.
-(Él) Es una historia curiosa. ¿Tienes hambre?
-(Ella) No. ¿Y tú?
-(Él) No, ya sabes que yo nunca tengo hambre, ya hemos comido demasiado.
Silencio
-(Ella desde la cama) ¿Qué haces?
-(Él) Inventando, intentando inventarlo.
-(Ella) ¿El qué?
-(Él) El lenguaje. Miro, Creo, Saber, Escapar.
-(Ella) Siempre verbos. Siempre formas.
-(Él) En realidad, un deshecho. Sólo deseo un deshecho para reducir mi volumen mental y encontrarlo.
-(Ella) ¿Y qué quieres encontrar?
-(Él) Un lugar, siempre un lugar por el que poder correr y volar. Seguir el rastro de un olor y llegar a tu boca que es la mía. Para por un segundo creerme a salvo para poder correr y volar y sudar, morder tus labios, no más dormir a tu lado.
(Ella, comienza a llorar)
-(Él) Y tú, ¿qué haces? ¿O qué te pasa más bien, que no paras de llorar?
-(Ella) Intento pasar página a lo que has dicho y busco el silencio. Allá fuera lo busco, en lo más profundo de aquí dentro, pero meto la mano y me quemo. Me como un niño pequeño y así entiendo que va a ser difícil encontrar tu rastro.
-(Él) Tranquila que no te caerás en cualquier lugar ya que estamos alunizados y alumnizados.
-(Ella) Lo sé, pero te sigo buscando en silencio en lo más profundo de aquí dentro, a veces se me aclara la vista y parece que veo más.
-(Él) Y qué importa, si te caes igual. Lleno silencios que parecían no estarlo. Llego con mis pasos, los convierto en ruido y ZAS!!! Pero no vale, no sirve. No te caerás en cualquier lugar.
(Ella comienza a mirar debajo de la ropa de la cama con nerviosismo)
-(Ella) No se si oigo ratones o gotas. (Lo mira) Aunque sé que no es lo mismo lo que siento, que decir que te quiero. Y aunque a veces me presento sé que no es necesario.
-(Él) Ya sé de lo que hablas.
-(Ella) Sí, pero aún así... Parece que miro bajo los pies de un saurio. Cojo lo que puedo y me revientan las manos. Sigo el juego y me toca mover ficha.
-(Él) U otra cosa. Acepta sin más la gota de agua que refresca.
-(Ella) Se que debería pero aún así, al comerte no miro la sangre y me descompongo, porque si no me quieres me quedo en nada, me hago pequeñita y me ahogo en una charca.
(Él la mira cariñoso, va hacia Ella y sentándose a su lado la abraza y comienza a hablarle)
-(Él) ¿Tú te acuerdas el día que nos encontramos por primera vez?
-(Ella) Sí claro, parecías sumergido.
-(Él) Sí, lo estaba y sin buscarte te encontré bailando entre corrientes la música que salía de mis tripas. Al principio no creí que fueses el pez, porque siempre había escuchado que los peces de colores no alzan el vuelo a menos que sea un día especial en el que tengan ganas de viajar. Parecía no haber más que algas y coral en aquella tierra en la que no parecía importante saber caminar, y tú me dijiste:"Sabes bien que ningún peligro acecha. El tiburón está en nuestro interior”.
-(Ella) No hay nada que explicar.
-(Él) Lo sé, pero quiero explicarte que, en mi opinión, la palabra demasiadas veces dicha se convirtió en agua. Pero aquel día, al verte sumergida y contenta, entendí por fin que el latido del mar es un día especial en que los peces de colores alzan el vuelo para verse reflejados en su hogar.
(Se abrazan hasta parecer uno y se besan. Ella se separa un poco, lo mira y habla)
-(Ella) Pues yo al verte sentí cómo pintaba un cuadro en tu pecho de colores vivos y raíces con fiebre. En cada trazo se me escapó el alma, se fueron cayendo, una a una, las piezas del corazón. Pinté un marco y se cayó el cuadro y hoy, por fin, me acerco al borde y me sobresalto. Me sobrepongo, me enojo, me encojo, me cojo de los ojos, respiro hondo porque se que estoy dentro. Pinté el cuadro, pero ya no sé que hacer, no me importa no saber. Me asomo al borde y no me sobresalto, no me encojo, no me enojo, no me cojo de los ojos. Respiro hondo, porque estoy dentro.
(Se abrazan de nuevo, se besan apasionadamente y poco a poco, desnudándose, se meten bajo la ropa de la cama y hacen el amor mientras la luz se va atenuando. Acto seguido los dos se quedan dormidos, Él a la izquierda, Ella a la derecha)
Voces en off
-(Él) Postrado. Aletargamiento total. Sedado. El mundo a velocidad terminal. (Gritando) Quieto!!! Don Quijotes Vitaminados en el dial!!! Un instante antes de negarlo me callé. El huracán dice “Te quiero agarrar”. La suspensión de vuelos a Marte me pone sobre aviso, involución en el desarrollo. Frases con deseos de unión. (Grita de nuevo) Que se callen!!! Postrado. El mundo sedado. Aletargamiento vitaminado. (Grita) Quieto Don Quijote total!!!
-(Ella) El cansancio. La apatía. Las nubes que no mojan. Las que mojan. Un momento que transcurre. El romance de una cadera. Es demasiado fuerte el paso de la gente. La fuente que seca el agua que llevas. La córnea que se refleja. El perro que ladra. La visión interior del estomago que se aprieta. Es aviesa la mirada del que pasa y nada dice aunque lo desea.
-(Él) Quiero no sentir la sensación de ver el mundo como es. Quiero no saber nada de ese mundo que mis ojos ven. Ya sé, ya sé, ver es saber. No pido nada más que tranquilidad. Las caras de plástico tapan mis palabras. El idioma no me sirve. No conocí el mundo como fue. Me enfado, me resiento, me resbalo. Gramaticalmente inviable. No pido nada más. Tranquilidad.
-(Ella) Hoy estoy débil. Hoy soy frágil. Hoy mis pies no soportan a mi cabeza, nunca más reunión de ideas en mi estomago.
Ayer bien. Hoy mejor. Ayer regular. Hoy fatal. Nunca más a la oscuridad. Nunca más caída en picado. Nunca más reunión de ideas en mi estomago. Angustia porque sí, ya se va tan estúpida como vino.
-(Él) No está malestar loco, ser distinto de los otros, pero no antagónico. Pasear en barca. Navegar por los aires, ver pájaros, ver crótalos, ver a Poseidón rascándose los pies. No está mal estar un poco ausente encerrado en tu fuerte. Caen las gotas de tristezas como si fuesen la buenaventura. Caen de lado, salpican de lleno. Cierro la ventana y mojo las manos. Me voy al baño a secarlas y de camino me digo, dijo: no está mal estar loco, ser distinto de los otros, pero no antagónico.
(Él se levanta lentamente, vestido de nuevo, y se dirige hacia su ordenador mientras la voz de Ella sigue sonando en off y la luz aumenta levemente)
-(Ella) Hay una nueva época con enfermedades nuevas, otros ya las han padecido.
Tienes miedo de tus pequeños, cuidado, no te corten los dedos. Hay nubes grises en tu cielo azul, son bonitas. ¿Eres dueño de tu vida? …Lo sabes, no haces autocrítica. Estás enfermo, lo notas en tus nervios. Lo miras todo. No te paras en nada concreto. La gente desfila, no camina. Y no tienes fuerzas ni para sorprenderte de nada. Parece triste lo que me dices, te apagarías de buena gana. Escapar de lo habitual. Sacar de nuevo las alas. Arrancarte los poros y no sentir ni llorar. Un circo nada más. Un látigo restallando contra tu espalda. Quieren que pases por el aro, pero viendo a los payasos quieres convertirte en un aplauso. Aceptarás sin excusas lo que venga después, ahora estás cansado, te apagarías de buena gana. No subir más las escaleras para caminar sobre la cuerda. Escapar de lo habitual. Sacar de nuevo las alas. Arrancarte los poros y no sentir ni llorar.
(La luz aumenta poco a poco. Él parece concentrado escribiendo en el ordenador. Ella se levanta, vestida, coge su silla y la sitúa al lado de la de Él)
-(Ella) ¿Qué haces?
-(Él) Escribo una carta.
-(Ella) ¿Y para quién?
-(Él) Para mis amigos.
-(Ella) ¿Pero tú, tienes amigos?
-(Él) Es por si un día los tengo.
(Él sigue escribiendo mientras Ella sigue sentada a su lado, hay un largo silencio y Ella parece aburrirse así que coge de nuevo su silla y se sienta frente a su ordenador, tras un silencio Ella habla)
-(Ella) ¿Jugamos a decir frases inconexas?
-(Él) Hoy no, estoy ocupado.
-(Ella, como si fuese una niña pequeña) Venga, venga, porfa.
-(Él) Vaaale.
-(Ella, dando palmas alborotadamente) Bieeen. Empiezo yo.
Estoy en una esquina. Ahora tú.
-(Él, con desgana y escribiendo en el ordenador) Aunque podría estar en el centro.
-(Ella) ¿Y por qué coño pienso lo que hago?
-(Él) Me aparté de la puerta.
-(Ella) No lo pensé.
-(Él) Y me acerco a la pared y está del revés.
-(Ella) Muevo el pie hacia delante.
-(Él) El mundo en una grieta.
-(Ella) Un gusano que me habla.
-(Él) Si sigues hacia abajo te dolerá.
-(Ella) Será tu castigo tu recompensa.
-(Él) Deja atrás lo pensado porque cada paso te da el poder de la espiral.
-(Ella) Influencias del mundo.
-(Él) El mal disfrazado de caridad.
-(Ella) Una mano y otra mano.
-(Él) Ni derecha ni izquierda.
-(Ella) El centro.
-(Él) El gusano.
-(Ella) La voz.
-(Él) Tú.
-(Ella) Yo.
-(Él) Silencio.
-(Ella) Estoy en una esquina.
-(Él) Aunque podría estar en el centro.
-(Ella) Me pongo un remiendo y sigo al acecho.
-(Él, que parece animarse, deja de escribir y comienza a decirlas más rápido y con ritmo) Despacio, despacio pasa una voz.
-(Ella) Pasa de largo.
-(Él) Te mira y se para.
(Llegado a este punto el ritmo al que dicen las frases crece cada vez más)
-(Ella) Se mima y te habla.
-(Él) Ahora, ya que aquí has llegado.
-(Ella) Duerme y sueña que olvidas.
-(Él) Será tu castigo.
-(Ella) Tu recompensa.
-(Él) Miré atrás un momento.
-(Ella) Y no lo comprendí.
-(Él) Todo personal e intransferible.
-(Ella) Una flor en la pared me avisó como a tantos.
-(Él) “Sólo para locos”.
-(Ella, riéndose) Río Río Río.
-(Él) Me como la flor.
-(Ella) Tiro la pared.
-(Él) Miro, miro mis pies.
-(Ella) Y me lo repito otra vez, está del revés.
-(Él) Un instante o dos más tarde.
-(Ella) Acepté que no llega con nadar.
-(Él) Visión omnidireccional, y un poco más.
-(Ella) “Sólo para locos”.
-(Él, riendo) Río Río Río.
(Poco a poco se han ido acercando al centro del escenario y cuando terminan el juego están los dos riéndose, agarrándose de las manos y dando giros cual niños pequeños. Poco a poco se calman y se dirigen, una vez más, a sus respectivos ordenadores, tras un silencio, habla Ella)
-(Ella) ¿Qué haces?
-(Él) Nada, estaba pensando que estamos matando estadios mentales a los que aún no llegamos. Aún así pensaba que hago fluir dentro de mí la creencia de que no existo. Acto seguido discrepo, luego crezco, me hago pequeño y desaparezco.
-(Ella) Hay un camino. Siempre hubo un camino aunque siempre estuvo vacío, y tú que eres como un niño pequeño gritando de frío frente a un cuchillo. Quieto, parado pensando, todo se te olvida mientras buscas el lugar, siempre un lugar donde poder estar sin más, pero en realidad vuelven recurrentes las ideas de los antepasados.
Lazos estrechos, vínculos con palabras muertas. Gestos en el desierto. Yaciendo inertes, gritan.
-(Él) Mira, yo sólo se que hay mundo fuera de aquí y… de mí para ti, últimamente no entiendo nada. Si hay todo. Si pudiese comenzar de nuevo. Si no hubiese entorno, ni pensamiento ni pesar. Si todo fuese como si nada. Como caballos corriendo, sudando, buscando alimento. Beber, caminar, sin nada.
(Silencio. Se quedan los dos consultando sus ordenadores)
-(Ella) ¿Recuerdas a Stephanie? ¿Aquella chica de Montana?
-(Él) Sí.
-(Ella) Pues me ha escrito una carta muy bonita y muy triste. ¿Te importa que te la lea?
-(Él) Vale.
-(Ella) Pues dice así: cuando aquella mañana me desperté el sol estaba escondido tras las cortinas, aquella mañana pude oír unas campanas que provenían del cielo, o de bajo la tierra. De dónde no pareció importante, lo importante fue que oí las campanas. El siguiente paso fue abrir los ojos, por lo menos lo intenté. De alguna manera, la sensación fue el mayor relax que nunca había sentido, había dormido más relajada que nunca, y por esta razón me sentí fuerte como ningún día de mi vida. No podía mover ni un músculo, la sensación era como si fuese un caballo después de la carrera más larga y motivadora, había estado cruzando desiertos y escalando montañas, volando en compañía de Eolo y nadando con Poseidón. Después de esto, todos los dioses estuvieron allí celebrando su propia muerte, y más tarde los maté a todos ellos, y la muerte fue buena, tan sólo sonrieron al despedirse. Después de esto incluso Nietzsche estuvo allí y decidió morir otra vez, y para siempre, porque el siguiente paso estaba dado y él había concluido su trabajo. Después de esto estuve sonriendo y llorando durante un par de años, o siglos, después las cortinas comenzaron a sentir el fuego en sus propios huesos y el árbol corrió a través de lo absoluto, en este momento llamé a mi hermana, pero me cogió el contestador. Lo intenté una y otra vez y, finalmente, mi hermana respondió: "Anne, creo que he hecho algo realmente estúpido" le dije.
Los siguientes meses fueron muy duros porque me sentía como un animal, aunque todos lo somos, intentando encontrar mi propia forma de caminar. Meses más tarde decidí irme a otro país, esto es, otro sitio con muros. Cuando me bajé del avión el cielo estaba gris como allí donde crecí, pero la gente hablaba con diferentes sonidos y se movían con una actitud también distinta. Y mi cerdo compulsivo, creado a partir de la influencia de mi entorno, o sea yo, volvió.
Tuve que volver a mi antiguo agujero y me sentí realmente estúpida al hacerlo. Mi familia y amigos estuvieron allí para ayudarme, como siempre, ellos siempre me ayudan con su actitud cariñosa, empujando, pero no en exceso. Así que estuve llorando de nuevo y un nuevo río fue creado con mis lágrimas.
-(Él) Es muy hermosa, pero creo que me acabo de poner un poco triste. Hoy en día Stephanie podría ser una abstracción, y como bien sabemos, una abstracción es una idea general no basada en una persona concreta, cosa o situación, pero la verdad, en mi opinión, es que ella podría ser tú misma o los otros, o yo. En este momento hay montones de personas intentando contestarse las mismas preguntas: ¿Quién soy?, ¿Quién o qué? ¿Es este mi olor? Hay momentos para pararse y pensar, y este podría ser un buen momento para hacerlo. ¿Por qué? Quizás porque hay gente en fila esperando a que las cosas lleguen, quizás porque hay niños pensando de una forma realmente lineal. Por ello pienso que igual deberíamos pensar en el animal que somos, contactar unos con otros, escalar una montaña y disfrutar aullando. ¿Nos acostamos?
-(Ella) De acuerdo.
(Se dirigen a la cama y se acuestan, Él a la derecha y Ella a la izquierda)
-(Él) ¿Sabes? Esa carta me ha hecho pensar que quiero luz. No quiero preguntar.
No, no voy a preguntar. Quiero una imagen para mí. Un piano. Un pelo en movimiento. Las pestañas. Una tortuga en la barriga. Un te quiero al oído. Quiero luz. Tengo un piano. Un pelo en movimiento. Algo bonito. Una tortuga en la barriga.
-(Ella) Pues yo sigo escudriñando con tino el paso del pasado humano.
Ay, enferma de mí, no tengo nada que decir.
-(Él) Yo, debe de ser por desgaste que disiento de lo que pienso, y no habiendo encontrado un camino para salir, llego al suelo y me siento. Pienso el tiempo, lo veo al pasar. Miento. Me disuelvo. Soy pequeño viento.
-(Ella) Hey, todo son formas iguales de desdibujar la línea animal no te preocupes, originalmente nada no existe, es un mito de la compulsión.
-(Él) Bueno, paso página.
-(Ella) Quieras que no, hay un torbellino.
-(Él) Aceptaré sin más la gota de agua que refresca. Te como. No miro la sangre. Me descompongo. Si no me quieres me quedo en nada. Me hago pequeñito y me ahogo en una charca.
(La luz disminuye hasta quedarse en total oscuridad. Silencio. La luz aumenta poco a poco. En el escenario tan solo hay una de las mesas con un ordenador. Él se levanta, va vestido con camisa negra y pantalón blanco, Ella no está. Camina hacia el centro del escenario con lentitud, coge la pistola y la mira).
-(Él) Ayer volví a recordar aquel niño que de pequeño me ofreció subir a los árboles con él para nunca más bajar, no se muy bien si hice mal en no aceptar su ofrecimiento. También ayer recordé la historia de aquel señor al que un banco le había quitado todo lo que tenía y, supongo yo, que descorazonado decidió quitarse la vida en una de las muchas oficinas que el banco poseía, lo hizo con una escopeta de caza. Recuerdo a los héroes de mi infancia y recuerdo también lo que me enseñaron, y es que no quiero ser un héroe, tan sólo una persona que deja una huella en la arena, huella que se irá con el agua para más tarde ser lluvia que moje las cabezas.
Hoy tengo fiebre y me cuesta entender el círculo en el que estoy metido, y una de dos, o no pienso con claridad o nunca he pensado tan claramente.
Hoy entiendo aquello de que las esferas no son círculos, pero aún así pienso que no paro de dar vueltas sobre una misma idea; me enfrento a mí mismo.
(Mirando al público y casi gritando) ¿Hay alguien vivo ahí? Siento clavos en mi cerebro y estoy casi seguro que no es mi pasado hablando. Ya lo he dicho todo, o por lo menos mi todo, mi pensamiento y mi pesar.
Soy un humano y no entiendo nada.
(Se dispara en la cabeza y cae muerto, la luz se atenúa levemente)
Voz en off de Él
-Carta a mis amigos.
El río sigue su camino aun a pesar de que no parece haber cauce suficiente para él. Como bien sabemos, esto se debe a siglos de construcción en lugares inapropiados, como por ejemplo esos golpes en el pecho que de pequeños nos dábamos diciendo aquello de… “culpable, culpable”.
La locura volvió por un momento, y esta vez fue realmente productiva. Hoy, como ayer, nos sentimos personas, y las personas son como son, animales, digan lo que digan las voces que construyeron esa bolsa llena de mierda en las espaldas y en los cerebros de todos los que caminamos en ese sentido que nos marcaron como "el camino". Y digo yo: " ¿Habrá más caminos, no?".
Decía un amigo mío, y de todos, o de casi todos, que hay locos buenos. Mi pregunta hoy sería: los que no son locos buenos, ¿son locos malos, o no están locos?
En realidad, uno, como los otros, está, estamos y estáis buscando estar tranquilos. A esto, por suerte, nos ayudan las matemáticas con su perfección a la hora de darnos un punto de apoyo en la inmensidad de lo desconocido, podríamos llamarlo Universo, cosmos, microorganismo, teoría de cuerdas, ya sean tres, siete u once, o lo podríamos llamar, sin darle ni darnos tanta importancia, "no tenemos ni puta idea de donde estamos ni qué hacemos aquí". Si no, siempre nos queda Dios, un poco más rígido que la ciencia, pero tan sólo por la obligación que conlleva el ser pastor.
La búsqueda de lo que cada uno es para sí mismo parece una senda desalentadora a veces, pero siempre emocionante y hermosa. Somos como plantas al sol que, a veces, esparcen sus semillas.
Hay gente que un día toma un objetivo como punto de apoyo para el resto de sus vidas; tener hijos, cuidar de su tan querida madre, afiliarse a una asociación por la defensa de los derechos de curas pedófilos, y cosas por el estilo.
Hay otros que deciden crear. Esto los lleva a crear compulsivamente durante cierto tiempo, un año, una década o toda una vida. A veces estos individuos tienen momentos de dudas en cuanto a cual es el sentido de su creación, esto es, de su propia vida. A veces el tormento, o tormenta, viene seguido de una calma contemplativa y reparadora en términos de espiritualidad adormecida, pero a veces viene seguido de un feroz despertar que trae consigo un activista más.
¿Qué es un acto? ¿Por qué razón se lleva a cabo un acto? ¿Objetivo del acto?
Pensamiento crítico y libre.
Como Borges nos contaba en su obra más conocida, El Aleph, hay un punto de vista en el universo llamado Aleph, desde donde puedes ver todos los posibles puntos de vista del universo, y este Aleph fue encontrado por un niño que se cayó por las escaleras de un sótano cuando estaba buscando por otro mundo. Si pudiésemos encontrar el Aleph del cuento, veríamos lo absoluto y la nada, así que el siguiente paso debería ser el pensar sobre círculos y mitología india o las no necesidades y el Tao y pensamientos antiguos. Si podemos hacer una reflexión sin prisa, quizás un día entendamos el camino para tener equilibrio en un grupo, esto es, cada persona debería tener más felicidad y capacidad para pensar con claridad y encontrar así una solución cuando sea necesario. Pensando en el equilibrio, pero no el equilibrio para este o aquel grupo específico, en este momento deberíamos estar hablando, miles de años después del primer pensamiento, sobre el Grupo al completo, y después de esto, quizás empezaremos a pensar otra vez sobre el absoluto y la nada, y, en el camino, al menos, entenderemos como crear una organización de un sistema para un grupo. Y este sistema debería, finalmente, funcionar por si mismo.
P.D. Os quiero porque sois hermosos.
FIN
David Torres
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