(Este curso 2014/2015, por causas ajenas a su voluntad, el profesor José María de la Viña abandonará sus labores académicas, no la enseñanza ni la trasmisión de conocimientos porque esa virtud la lleva en el adn. Y con ese motivo, un grupo de amigos, colegas y alumnos (Viña desconoce la palabra ex) le ofrecimos un homenaje que incluye la edición de la revista que podéis ver en la foto. Entre los muchos artículos de reconocimiento está mi pequeña aportación que podéis leer a continuación. Gracias por todo profe.)
UNA CONVERSACIÓN PARA
NUNCA ACABAR
¡Por
favooooor, déjame terminar!
“La súplica culminaba en un tono casi lastimero,
el ímpetu y la osadía en las interrupciones permanentes del acólito cortaban
sus frases mucho antes de ser construidas hasta su punto final para poder ser
pronunciadas con el esplendor riguroso que el profesor necesitaba para sentirse
satisfechamente comprendido.
El enfado que le provocaba el picajoso alumno
no era para nada estético, la belleza de las palabras importaba bastante menos
que la razonada exposición, respetando los cánones científicos, que al verse
cortada, perdía, unas veces parte, y otras, las más, todo su significado.
Y tenía toda la razón, pero en el fragor de la
batalla dialéctica de una tertulia de café los tiempos no están marcados, los
privilegios de cargo o antigüedad están derogados momentáneamente y las
argumentaciones han de ser lo suficientemente cortas para favorecer la agilidad
mental y discursiva, y sobre todo para no adormecer o aburrir al contrincante.
Además, resultaba bastante divertido ver al profe en una situación de
azoramiento tan juvenil.”
Todo lo dicho
anteriormente es anecdótico, y como tal un mero apunte sesgado sobre la
personalidad del Profesor Don José María de la Viña Varela, que si algo ha
enseñado a sus alumnos es a valorar una buena conversación como la única forma
de transmisión del saber y confrontación razonada y pacífica de conocimientos.
Algo que no necesitó aprender con el paso de los años, y la experiencia
profesional, porque ya era así en sus primeros años como docente.
Quiero recordarle en
aquellos años setenta del siglo pasado cuando algunos compañeros y yo le
esperábamos a la salida de clase para bajar caminando hasta el pueblo y
aprovechar para comentar sobre todo tipo de temas, pudiendo ser no lectivos. Y
él, con su humeante cachimba y su barba de progre universitario, aparcaba
gustoso el envaramiento profesoral al que aún obligaba la moribunda dictadura y
se convertía en uno más, o nos convertía a nosotros en unos iguales, y dábamos
rienda suelta a nuestros primeros anhelos de libertades políticas y democracia.
Ahí está esa foto con el Viejo Profesor Tierno Galván para atestiguarlo.
Tierno Galván, José
Doldán, Jorge Enjuto,Santiago Pazos y José Mª de la Viña
en el Instituto Alfredo
Brañas de Carballo el 3 de diciembre de 1976.
A lo largo de tanto
tiempo de servicios prestados a la educación, sus alumnos hemos ido creciendo
en número, y fundamentalmente como personas, al ritmo que ha ido creciendo su
propio orgullo por haber aportado su gran granito de arena en la creación de
nuevas vocaciones científicas, de profesionales dedicados a la enseñanza, o
simplemente de personas que recuerdan su paso por las aulas con agradecimiento
por haber aprendido que el conocimiento, el saber, la cultura, siempre te harán
más grande, más completo como ser humano.
Después de muchos
años, cuando retorné de mis otros mundos para habitar en uno cercano al suyo,
José María y yo nos reencontramos en el teatro, en ese espacio donde la
libertad es imprescindible, donde el diálogo es la arquitectura básica que
permite su existencia. Y ahí nos recreamos, por afición compartida, en la
discrepancia o la coincidencia a través de la palabra, de los sentimientos
ajenos y propios, discutiendo sobre el mundo, sobre el hombre y sus
circunstancias, sobre el carácter de tantos personajes que conforman los
arquetipos de los seres humanos que nos rodean cotidianamente. Personajes que
se parecen mucho a lo que nosotros somos o nos gustaría ser o parecernos.
En este tiempo
cercano, yo me quité una espinita que no necesita de más explicaciones por no
ser este lugar adecuado para hacerlo, al invitar y presentar a un amigo en el
Instituto Alfredo Brañas. Era Fernando Savater, que aceptó mi invitación para
hablar de amistad. Y ahí estaba el profe, como bien muestra la foto, porque si
algo nos une es el concepto de amistad entendido en su más amplia extensión, no
como una cadena que ata, sino como la libertad de estar con los amigos por puro
gusto, para disfrutar de su compañía y compartir con ellos nuestros premios y
nuestros desvelos.
El profesor José
María de la Viña, Fernando Savater y Santiago Pazos
en el Instituto
Alfredo Brañas de Carballo el 8 de mayo de 2001
Y llegamos a la
penúltima estación de esta historia a la que le faltan, daremos fe de ello con
el tiempo, muchos capítulos que vivir y escribir. El amigo y profesor José
María de la Viña Varela agota estos días la etapa más importante de su
profesión, nada menos que casi toda su vida, su vocación y su dedicación a una
de las más nobles tareas que puede desempeñar un ciudadano, la educación.
Pero en realidad,
para sus alumnos, nada termina porque estamos seguros de que ahí seguirá a
nuestra disposición para continuar con esa conversación que iniciamos aquel
primer día que entramos por la puerta de su aula.
Seguramente nos
pedirá tiempo para apurar sus argumentos y nosotros seguiremos chinchándolo con
todo nuestro afecto.
Mil abrazos.
SANTIAGO PAZOS
2 comentarios:
Hola Santiago ,me ha encantado este sentido reconocimiento al profesor ... y ha despertado en mí un especial interés en su pensamiento ... tiene algo publicado ?
habría alguna forma de conseguir algo suyo ?
Me alegro de verte activo , llevo días viendo las fotos de tu Carballo de la entrada anterior y es una pasada lo que se ha realizado allí , convertir rincones ordinarios en espacios comunes de ARTE que TODO el que pasee por allí puede disfrutar ; me encanta .
Un Fuerte Abrazo desde un Ebro hoy en calma chicha ! Recuerdos !
Hola Jesús. Gracias por seguirme. El profesor de la Viña publica artículos en La Voz de Galicia. Pero para ser más directo, si entras en su página de fecebook Chema Varela, encontrarás entre sus notas artículos de opinión bien interesantes. Abrazos (también para la familia).
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