CHICHARRÓN
Siempre digo que
soy un romántico, trasnochado quizás, pero romántico al fin y al cabo. Y con
eso quiero decir, ni más ni menos, sin cursilerías ni ñoñerías de ningún tipo, que algunas cosas que leo, que veo, o que
escucho, crean dentro de mi pecho una especie de caverna de emociones tan
profunda que no encuentro hilo suficiente para suturarla, ni palabras acertadas
para definirla y llenarla.
Las letras y la
cadencia rítmica de Chicharrón me transporta a ese mundo de sensaciones en las
que el abismo es como una sombra que prolonga mi cuerpo sobre el paisaje
desdibujado de un presente incierto, esquivo y lleno de equívocos enredos,
pasos perdidos, amores rotos que me atan al fracaso y a la esperanza de que
todo podría ser mejor, que todo puede volver a ser bello e inocente.
Los gocé en
directo hace unas semanas en la Sala Dublín de Carballo, y ahora mismo, cuando
los escucho entre las cuatro paredes de mi casa, dibujan caminos en los
espacios vacíos y cubren mi cabeza de
palabras, sugerencias, y conceptos que dan cuerpo y realidad a muchas de las
imágenes que me rondaban, y me rondan, en tantos momentos de abandono y de búsqueda.
Podéis escucharlos comprando su disco o en un enlace que tienen en su página de facebook.
Salud y buen oído.
SANTIAGO PAZOS