(FIOT 2014)
XXIII FESTIVAL INTERNACIONAL OUTONO DE TEATRO DE CARBALLO
BUSCANDO COHERENCIA
(A
propósito de “30/40, Livingstone” de Setze Fetges Associats)
SANTIAGO PAZOS
Coherencia vital es lo que busca el protagonista de “30/40,
Livingstone”, y coherencia dramática es lo que busca el espectador cuando acude
al teatro. O en su defecto, un puñado de incoherencias razonablemente bien
trabadas. Bueno, en realidad no sé porqué va la gente al teatro, lo importante
es que va, y en ocasiones, como pasa en el fiot, en cantidad. Motivos mil
tendrán. Yo, por mi parte, voy buscando ese espacio de libertad donde se
reflexiona sobre la vida y se ofrecen variadas visiones del comportamiento
humano, de sus sensaciones, de sus sentimientos, de sus vicios, de sus amores y
de sus luchas, entre otras
muchas historias. Y algo de eso hay en la obra que nos ocupa, ya sea de forma
expresa o a través de metáforas bien dibujadas.
Pienso que “30/40, Livingstone” está concebida en tres actos, no
delimitados con claridad, pero que podemos percibir por los cambios de
iluminación y los espacios de referencia, casa paterna (huida), selva (viaje y búsqueda), cancha de tenis (regreso). Todo sin necesidad de perder esa
coherencia dramática, de la que hablaba al principio, gracias a una lógica narrativa
e interpretativa que, si bien decae un poco en la media hora central, mantiene
el tono del discurso con un tratamiento muy inteligente.
Sergi López, con una exuberancia expresiva muy colorista, casi
barroco, nos retrata a un inconformista niño de papá que necesita escapar del
nido familiar para poder encontrarse a sí mismo y emprende un viaje iniciático,
algo confuso, que le conducirá a un final, que no es otro que el mismo punto de
partida, tan verosímil como cuestionable.
La réplica se la dará Jorge Picó, la naturaleza, el hombre ciervo, con una gestualidad mímica muy
contenida, esquemática, representando a ese mundo prístino que nada busca, que
no quiere ser descubierto, inocente y ritual.
Dos modos de entender las relaciones humanas y el mundo que
dirimen sus diferencias mediante un juego con las cartas marcadas. Un choque en
el que el humor fino juega un papel fundamental en la tarea de enganchar al
espectador desde el principio y no soltarle hasta el final. Con algunas
referencias sarcásticas a la actualidad muy sutiles, y sin perder en ningún
momento el hilo argumental, la esencia temática de ese proceso en el que el
hombre debe aprender a conocerse y a convivir con lo que le rodea aunque, como
en este caso, uno de ellos imponga las reglas.
Interesante trabajo en el que no se permiten concesiones para la
galería y en el que “la estrella” sólo se reconoce por su esfuerzo.
Salud