lunes, 10 de octubre de 2016

SEXPEARE TEATRO

(FIOT 2016)
XXV FESTIVAL INTERNACIONAL OUTONO DE TEATRO DE CARBALLO

POR ACASO Y POR FORTUNA
(A propósito de “Rinconete y Cortadillo” de Sexpeare Teatro)

SANTIAGO PAZOS


Será por acaso, por casualidad, o porque a veces así lo quiere la buena fortuna, que en un mismo punto confluyen un grupo de personas que se complementan con armonía, con ideas y propuestas que casan perfectamente, para dar vida a un proyecto teatral que enriquece y divierte. Será por acaso, y por fortuna es.

Siempre insisto que cuando se va al teatro, y en otras múltiples circunstancias de la vida también, hay que dejar en casa los prejuicios. Lo recuerdo aquí, porque he de aclarar que mi experiencia con los espectáculos de Sexpeare Teatro no era muy positiva, quizás porque ese humor entre abstracto y simplista que frecuentan no me llega, quizás porque desconozco, o no pillo, los códigos y referencias que utilizan, quizás porque sus propuestas escénicas se me antojaron poco ¿serias? para formar parte del programa de sala del fiot, aunque sí para la más informal Rúa dos contos, o quizás porque nunca me encontraron con la disposición adecuada. Me pasó, con “H, el pequeño niño obeso quiere ser cineasta”, con “For sale” y con “El título de este espectáculo no es mi madre”, que no consiguieron llenarme por completo y con las tres me surgieron más peros que carcajadas.

Rulo Pardo y Santiago Molero en el Café con...

Sin embargo, en “Rinconete y Cortadillo” he disfrutado de dos buenos actores cómicos, Santiago Molero y Rulo Pardo, que son capaces de llenar de gracia y ternura, a partes iguales, una comedia cargada de tintes dramáticos y maldiciones, que exige interpretaciones con grandes dosis de desparpajo y, al mismo tiempo, mucha contención. Justa medida que en ningún momento se ve desbordada y ni siquiera cuando acuden a las “típicas ocurrencias marca de la casa Sexpeare” resultan extemporáneos o anacrónicos.

Y será por acaso, por casualidad, o por fortuna que en este proyecto confluyan un autor como Alberto Conejero, que da continuidad a la ejemplar novela picaresca de Cervantes con calidad literaria, con un texto lingüísticamente rico, con “palabras que permanecen”, ágil en los diálogos y con una trama divertida y emocionante; un director como Salva Bolta que imprime, con mucha sabiduría, el ritmo apropiado y envolvente a la narración dramática; y la genial iluminación de Marino Zabaleta, parte fundamental e imprescindible de la propia concepción estética y dramática de la obra, sin la cual, creo sinceramente, este proyecto estaría totalmente cojo.

En definitiva, insisto, será por acaso, por casualidad, por la gran profesionalidad que demostraron, por ese tragicómico homenaje final ten sentido y elegante a cómicos y payasos, o porque ayer sí estaba yo con buena disposición, se ganaron un merecido aplauso.


Salud 

No hay comentarios: