Alberto Gende, velado y transparente
La inauguración de “Pinturas ocultas”, primera exposición individual como pintor del reconocido diseñador gráfico carballés Alberto Gende, reunió en el Pazo da Cultura a un gran número de amigos y admiradores del artista.
El interés por conocer y disfrutar del trabajo más íntimo y personal de Gende viene precedido por el éxito conseguido en prestigiosos certámenes de artes plásticas y por su faceta profesional más conocida como diseñador gráfico. Sus carteles y programas para el FIOT, por ejemplo, son un referente que los aficionados al teatro esperamos con expectación cada año.
Son muchos los diseñadores gráficos que sienten la necesidad de romper con el corsé técnico y metodológico, que esa disciplina impone, para explorar campos creativos en los que la intuición y la libertad expresiva facilitan un desarrollo más personal de sus inquietudes artísticas. Libres de exigencias mercantiles, ataduras conceptuales y dependencias documentalistas, pueden dar rienda suelta a su capacidad creativa más íntima. Me viene a la memoria el ejemplo del fallecido Diego Lara, pero podemos citar a Alberto Corazón o Mariscal por ser más conocidos fuera de su terreno profesional. Y el camino inverso, pintores que exploran el mundo del diseño, también ocurre con mucha frecuencia, pero no es el tema que nos ocupa hoy.
En “Pinturas ocultas”, Alberto Gende nos ofrece una doble faceta, que personalmente agradezco mucho en un artista, por una parte la sinceridad con la que nos muestra su proceso creativo y la transparencia narrativa de ese trabajo, y por otra parte el pudor velado ante los descubrimientos plásticos que el desarrollo de ese proceso ofrece.
Como él dice, en una entrevista reciente, lo que más le interesa es la búsqueda. De ahí que, si bien podemos observar en sus cuadros referencias que van desde el expresionismo abstracto al minimalismo, pasando por el pop art o el collage, Gende transciende cualquier etiqueta definida y sitúa lo que quiere mostrar y lo que pretende ocultar en un mismo plano protagonista, dejando así la puerta abierta a la imaginación y a la capacidad de sorpresa del espectador. Convirtiendo así su “búsqueda” en la manifestación más clara de una sensibilidad y un lenguaje propios.
Y como espectadores podemos descubrir que detrás de las pinturas ocultas de Alberto Gende se esconden algo más que dilemas puramente técnicos, cromáticos o matéricos. La lucha, o reflexión como él prefiere definirlo, entre lo mundano y lo íntimo, la materia y el espíritu, conforma un esquema vital y filosófico que imprime verdad al acto pictórico propiamente dicho.
Es una pena que lo abigarrado del espacio expositivo impida una visión más reflexiva de la obra. Pero aunque falta aire entre cuadro y cuadro, considero imprescindible para los aficionados a la pintura una visita a esta exposición que muestra mucho más de lo que oculta. Y por supuesto, mi felicitación más sincera al autor.
SANTIAGO PAZOS
1 comentario:
un artista!
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