(FIOT 2018)
27 FESTIVAL INTERNACIONAL OUTONO DE TEATRO CARBALLO
ESTRAMBÓTICO CASTICISMO
(A propósito de “La
valentía” de Lazona)
SANTIAGO PAZOS
¡Bravo por la música de Fernando Velázquez! Porque consigue, desde los primeros acordes,
meternos en esta comedia surrealista, delirante y estrafalaria. Heredera,
dicen, del casticismo rancio de los Jardiel, Mihura o Paso. De rancio abolengo,
por supuesto.
¡Bravo por la escenografía de Fernando Sánchez Cabezudo y la
iluminación de Pedro Yagüe! Porque desde el minimalismo estético esbozan un
mundo de transparencias, sombras y apariciones de una elegancia y un efectismo
sobresaliente.
¡Bravo por los actores, por todos ellos! Porque consiguen actuar
a la antigua. Gritando sin complejos. Exagerando cada gesto y cada movimiento
como lo hacían aquellos cómicos españoles del siglo pasado.
Y ¡bravo por Alfredo Sanzol! Por su atrevimiento. Por arriesgar
tanto. Por demostrar que hoy día también se puede hacer buen teatro, ya sea
desde Shakespeare como en “La ternura” o desde el casticismo más puro como en “La
valentía”.
Dice Sanzol, en el programa de mano, que es un autor cómico con
aspiraciones filosóficas, de igual manera que hay muchos filósofos con
aspiraciones cómicas. Y lo demuestra, por ejemplo, en esas reflexiones tan
profundas y desternillantes de Jesús Barranco, como Clemen, y en frases
memorables para no olvidar como “para morirse siempre hay tiempo”, etc.
Un espectáculo con ritmo, para divertir, sin pretensiones
culteranas. Un teatro para todo tipo de públicos, del que se hacía antes, de
ese teatro de siempre que no tiene otra pretensión que el espectador desconecte
de su realidad y se meta en un enredo bien escrito y excelentemente dirigido. Construido con inteligencia y divertido.
No diría yo que es el tipo de teatro que a mí más me interesa,
no le daría un sobresaliente, pero está bien. Está muy bien que las gentes de
la escena como Sanzol sigan innovando, al tiempo que beben de la tradición, atreviéndose
a recuperar temáticas y formas para que no caigan en el olvido y el ostracismo.
Salud y larga vida…
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