(FIOT 2012)
XXI FESTIVAL
INTERNACIONAL OUTONO DE TEATRO DE CARBALLO
OPORTUNIDAD
Y DESAFÍO
(A
propósito de “O método Grönholm”, de Talía Teatro)
SANTIAGO
PAZOS
Si es
cierto, como dice el autor Jordi Galcerán, que hace teatro para que le quieran
un rato, creo que tanto a él, como a Talía, el público les quiere desde hace
muchos ratos. Sin duda merecido por muchas cosas, pero sobre todo, por lo menos
desde mi punto de vista, por “Palabras encadenadas”.
Claro
que el cariño es pasajero y en el mundo de la escena mucho más. De ahí que me
sorprenda gratamente que Talía, después de dos exitazos como “Volpone” y “Pelos
na lingua”, elija una obra que si bien puede parecer un reclamo oportunista
para la época que vivimos, también plantea un gran desafío por ser una obra con
una estructura férrea que imposibilita adaptaciones blandas y con muy pocos
puntos de fuga para la improvisación o el lucimiento para la galería. Aspectos
además que marcan mucho la labor de dirección dejando poco margen, en este caso
a Xulio Lago, para presentar una visión más personal del espectáculo.
Por todo
eso les honra asumir un reto tan complicado y exigente cuando la tendencia actual
camina por derroteros más livianos y autocomplacientes. Y por supuesto es un
acierto del FIOT coproducir trabajos tan serios.
El
resultado en su conjunto es bueno aunque necesita, creo, un poco más de rodaje
para alcanzar el tono justo. Asistí a un ensayo con público y al estreno. Y si
en el primero les vi con dudas, en el segundo se notaba bastante la tensión
corporal debido quizás a la responsabilidad del momento.
El tema,
la crueldad de la competencia extrema en las relaciones laborales, es tratado
con una crudeza que, aunque lo plantean como un juego entre la verdad y la
mentira, la dureza de los diálogos no permite ningún momento luctuoso, a
excepción de la escena de los sombreros que adquiere ciertos tintes de comedia
provocando las risas, creo que más bien nerviosas, de una parte del público.
Un texto
difícil, con muchos monólogos que obligan a los actores a soportar una tensión
y a una interiorización de los personajes muy acentuada. Actores que cargan con
todo el peso de la trama sin ninguna posibilidad de escape, encerrados en una
sala de reuniones diáfana y sin apenas elementos que les permitan evadirse del
cometido principal por el que están allí, arrasar al contrincante sin un ápice
de piedad. Y si en conjunto logran muy buen nivel, es esa responsabilidad
interpretativa la que marca la diferencia entre un Toño Casais muy serio y convincente
en su papel de Fernando, un Artur Trillo bastante plano (quizás porque el
personaje de Henrique es un tanto pusilánime), una María Ordóñez más blanda de
lo que posiblemente exige el personaje de Mercedes, y un Dani Trillo desdibujado
por momentos en su papel de Carlos.
En
definitiva, y a pesar de esas puntualizaciones anteriores, creo que cumplen
notablemente con el objetivo como lo prueban los mayoritarios comentarios
positivos del público que ha acudido a verles en Carballo.
Salud
1 comentario:
Vin a funcion do venres, creo que ti esta non pero coincido contigo na maioria da tua exposición. A obra estuvo ben! nin mais nin menos...
saudos.Manu.
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