martes, 14 de octubre de 2014

RON LALÁ

(FIOT 2014)
XXIII FESTIVAL INTERNACIONAL OUTONO DE TEATRO DE CARBALLO

CADA CUAL ES ARTÍFICE DE SU PROPIA AVENTURA
(A propósito de “En un lugar del Quijote” de Ron Lalá )

SANTIAGO PAZOS




La tarea encargada por Helena Pimenta, Directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, no era nada fácil. Mas como bien dicen, que cada cual es artífice de su propia aventura, Ron Lalá, con los mimbres bien tejidos después de su viaje ¿más serio? con “Siglo de oro, siglo de ahora”, inició la propia de llevar a escena un Quijote musical, profundo y gamberro, plástico y luminoso, culto y cercano. Creado para todos los públicos como una invitación a leer la gran obra de Cervantes sin la excusa de “ya vi la película”. Y todo eso sin perder un ápice de su característico estilo juerguista, enérgico, irreverente y sarcástico.


La selección de capítulos de la novela que eligieron para ser representados, (completa duraría una eternidad), reúne alguno de los más conocidos como el de los molinos, la ínsula Barataria o la cueva de Montesinos, permitiendo captar su esencia narrativa y argumental respetando la prosa original. Completando el espectáculo con una revisión histórica de la época y las circunstancias personales que vivió el autor, en una composición en verso clásico verdaderamente redonda. Sin olvidar, socarronería marca de la casa, los guiños críticos a la actualidad y las referencias localistas que tanto gustan y divierten al respetable.


Una estructura dramática dividida en dos planos en los que ficción y realidad histórica se van entretejiendo sin sobresaltos gracias a la música en directo, popular o ecléctica según convenga, compuesta por los mismos actores que la interpretan, bajo la dirección de Miguel Magdalena, una excelente iluminación cálida y potente cuando se encienden esos focos de luz blanca que semejan rayos luminosos con los que los actores juegan a crear los objetos y personajes que el atrezo no les facilita, creada con maestría por Miguel A. Camacho, y una escenografía versátil, una biblioteca, que les permite moverse con soltura y sencillez, obra de Curt Allen Wilmer.

Todo esto bien orquestado por la batuta del director Yayo Cáceres, y con unas interpretaciones excepcionales de Íñigo Echevarría como Don Quijote de la Mancha, casi poseído por la figura y el alma del Caballero andante, y de Daniel Rovalher como un Sancho Panza más bufón que rústico, y sin desmerecer para nada el resto del elenco, Juan Cañas, Miguel Magdalena y Álvaro Tato (Director literario por añadidura), en los muchos papeles que defienden, además de cantar, tocar y moverse sin descanso durante toda la hora y media que dura el trepidante espectáculo.


No se permiten un descanso y tan poco se lo permiten al público, con el que interactúan, lanzándoles de vez en cuando un anzuelo cómico que les ayude a no perderse entre la lírica y la prosa. Van tan veloces, que a veces da la impresión que la obra fue parida, pensada, para durar tres horas y necesitan comprimirla, como en una moviola acelerada, para que no se pierda nada de su substancia.


Ron Lalá hacen un tipo de teatro, metateatro lo llaman, muy particular, muy personal. Sin necesidad de hacer concesiones que se desviasen de su estilo directo, de humor crítico y musical, han ido evolucionando hacia formatos de más peso, más completos y con más carga intelectual. Aspecto que les permite crecer en aceptación entre sectores de público más exigente sin necesidad de perder al más bullanguero.


Me gustaron, hacen un gran trabajo que debe ser reconocido y premiado. Me encantó esa transición íntima y luminosa que une las dos partes del Quijote, me recordó, guardando las distancias, a esos ambientes celestiales que creaba Lindsay Kemp. Sólo una recomendación, para terminar, sabiendo que un musical necesita de megafonía, no estaría de más calibrar un poco mejor los decibelios del sonido porque por momentos, a mí por lo menos, me resultaba atronador. Una minucia que quizás puede ser intencionada, no lo sé.


Insisto, acudan a verla y a disfrutar con ellos, no defraudan, no engañan, se aplican el refrán de ”más vale un toma que dos te daré”, se dan por completo.  

Salud  

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