(FIOT 2016)
XXV FESTIVAL INTERNACIONAL OUTONO DE TEATRO DE CARBALLO
ESTRUCTURAS EN EL AIRE
(A propósito de “Rudo” de
Compañía Manolo Alcántara)
SANTIAGO PAZOS
En el teatro es fundamental disponer de un relato, aunque sea
abstracto, sobre el que se sostenga todo lo que sucede en escena. Sin embargo,
en el mundo del circo no es imprescindible. Aquí lo que cuenta, como bien
señaló Manolo Alcántara al final de la representación, es el riesgo.
Cuantos más saltos mortales se realizan, más interés despierta
en un público que va buscando quedarse paralizado por el miedo que pueda sentir
en un momento concreto del espectáculo. Un pavor que se convierte en admiración
al ver que ese “más difícil todavía” no tiene límites, se burla de la lógica y sólo
unos pocos superhombres están capacitados para enfrentarse a esos retos
inhumanos.
En “Rudo”, Manolo Alcántara no camina sobre el alambre, pero
mantiene bien el equilibrio sobre estructuras formadas por pesadas cajas de
madera y tubos de hierro que, a pesar de su rudeza, parecen flotar en el aire.
Como un prestidigitador nos da gato por liebre haciéndonos dudar de si está
desafiando, o no, las leyes básicas de la física y de la arquitectura.
Un “ilusionismo” calculado, de estética retrofuturista al estilo
de la saga cinematográfica “Mad Max”, que asusta e intimida, sobre todo a los
incautos espectadores de las primeras filas del redondel circense, con una
actitud de desafío permanente, movimientos bruscos y estruendosos golpes secos que
retumbaban en toda la sala.
Las únicas concesiones al sosiego las encontramos en la cálida
banda sonora interpretada en directo por Laia Rius con el violín y María Bou
con el violonchelo, que aportan, además, un agradable toque de humor y la
incorporación de una marioneta que protagoniza el único momento tierno y
sensiblero.
Si en “Plecs”, obra con la que ganaron el premio del público en
2011, destacaba la fragilidad y la dificultad en la realización era muy visible,
en “Rudo” todo el protagonismo se lo lleva la fuerza bruta y la ejecución
resulta más rudimentaria y por lo tanto, a mi entender, menos impactante. Es
decir, esperas un tercer salto mortal que no llega nunca. Lo que no impide
reconocer que merece ser vista y aplaudida.
Salud
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