martes, 27 de octubre de 2015

ATRESBANDES

(FIOT 2015)
XXIV FESTIVAL INTERNACIONAL OUTONO DE TEATRO DE CARBALLO

EL PODER DE LA SUGESTIÓN
 (A propósito de “Locus amoenus” de Atresbandes)

SANTIAGO PAZOS

Albert Pérez, Mónica Almirall y Miquel Segovia en Café con...


En un ilustrativo Café con…, celebrado unas horas antes del estreno en Carballo de “Locus amoenus” de Atresbandes, Mónica Almirall, Miquel Segovia y Albert Pérez Hidalgo, insistieron en que no era ésta una obra dirigida a la manipulación del espectador, o por lo menos no directamente,  aunque quizá sí pretenden influenciar en el estado psicológico del espectador.

Y después de verles en escena, podemos afirmar que no tenían razón, que nos engañaron, quizás no a conciencia, porque sí hay una maliciosa alteración de la percepción que el espectador tendrá sobre todo lo que pasa en escena después de darles a conocer ese final inalterable. Se influye psicológicamente, se manipula aunque no sea para sacar un beneficio directo y, fundamentalmente, se sugestiona a conciencia recordándonos a mitad de función que el final de aquellos tres pipiolos está muy cerca.

No tiene importancia porque es teatro y en ese mundo la realidad nos toca de refilón, pero no olvidemos que nuestra mente sugestionada sigue reconcomiéndose después de bajado el telón. Si el comportamiento de los seres humanos dependiese permanentemente de la idea muerte, si nuestra existencia se supeditase a pensar que podemos morirnos en cualquier momento, en el segundo exacto de nuestras vidas en el que estamos, no viviríamos, nos moriríamos de susto, de miedo, de terror. 



Ahora bien, más allá de cualquier reflexión profunda sobre nuestra existencia o sobre la sublimación de la muerte, del destino, de la búsqueda del paraíso o de qué métodos utilizamos para plantar nabos en campo ajeno, hay que destacar que el trabajo de estos tres, más que actores, profesionales de la comunicación escénica, es intachable, creativo y con la profunda intención de plantearnos preguntas que van mucho más allá de lo estrictamente teatral.

Son algo así como el aviso postrero de que en nuestra vida cotidiana no debemos olvidar que el destino pende de un hilo con la llama de una vela al lado.

Muy bien. Teatro inteligente hecho por profesionales con profundas inquietudes existenciales que no dan nada por sabido, nada resabiados, nada creídos, gente normal y cotidiana que comparte un viaje que, a veces, puede torcerse. Ya digo, repito, muy bien.

Como a los Grumelot del OTNI 2014, esperamos que vuelvan muy pronto.   


Salud



  

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