martes, 13 de octubre de 2015

PAULA QUINTANA

(FIOT 2015)
XXIV FESTIVAL INTERNACIONAL OUTONO DE TEATRO DE CARBALLO

EL TEATRO EN SOLEDAD / BUSCANDO A PAULA
(A propósito de “Latente” de Paula Quintana)

SANTIAGO PAZOS


Decíamos ayer, en referencia a Chapitô, que era teatro en estado puro porque sólo con la interpretación gestual podían contárnoslo todo. En el caso de Paula Quintana tenemos que añadir a lo anterior un elemento que lo hace más difícil si cabe, no tiene un compañero al que agarrarse, está sola ante un público que desconoce. No es teatro en soledad porque ese público inerte y observador motiva y transforma con su mirada lo que ocurre sobre el escenario, pero podríamos llamarlo así.

En realidad, ese personaje que estamos viendo se mueve por unos impulsos que brotan de su interior. Obedece a una necesidad tal de expresarse, de contar su historia única, que si el público desapareciese la acción seguiría su curso por propia inercia, empujado por una voluntad que sobrepasa la intencionalidad del cuerpo que ejecuta esa acción. “Yo no quiero ser astronauta, no necesito ser astronauta” dice, pero de alguna manera, la energía que la mueve procede de ese cosmos que nos rodea.

Paula busca a Paula. La búsqueda del yo interior es un viaje al que se nos invita desde la poesía de un cuerpo en movimiento y algunos dilemas existenciales que proceden de cierta ingenuidad escondida. Paula es uno de esos seres hermosos que al cruzarte con ellos notas a tu alrededor como un halo de energía creativa que inunda el espacio que te rodea.

Primero vemos a la bailarina flamenca ofrecernos un taconeo potente, seguro y lleno de fuerza, y sin darnos casi cuenta observamos que esa danza ha tornado contemporánea y sus movimientos abstractos denotan dudas, como si de la armonía pasásemos al descontrol más desasosegante. Las formas, las figuras que su cuerpo va formando tienen una belleza que captan nuestra atención sin que tengamos que hacer ningún esfuerzo de comprensión que vaya más allá de la pureza del sentimiento.

Luego vienen las preguntas, el discurso que habla de comportamientos propios y ajenos que nos satisfacen o nos disgustan, la reflexión en alta voz para, escuchándonos a nosotros mismos, convencernos de que no erramos. Y en medio más taconeo y más brazos que son alas y más movimientos que nos liberan o nos encojen el alma.

Paula trabaja desde la sensibilidad artística, desde la búsqueda de ese yo que necesita ser bello por dentro para conseguir serlo también por fuera, y el espectador debe mirarla y escucharla desde un estado semejante. Su planteamiento vital es razonado, intimista, como lo es la música de Juan Antonio Simarro, prosaico como los textos de Carlos Pedrós, y poético como el movimiento de su cuerpo. Bien, muy bien.



Salud



  

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