(FIOT 2013)
XXII
FESTIVAL INTERNACIONAL OUTONO DE TEATRO DE CARBALLO
BIFURCACIONES
SENTIMENTALES,
TRAVESÍAS
VITALES
(A
propósito de “Sé de un lugar” de Producciones Prisamata)
SANTIAGO
PAZOS
Como
vengo repitiendo desde que se presentó el FIOT 2013, si nos referimos a las
buenas críticas, “Sé de un lugar” es la obra con más pedigrí de toda la
programación. Tratada como una gran
revelación, todo un descubrimiento para propios y extraños. De ahí que mis
expectativas fuesen creciendo día a día, y el peligro de que no se cumpliesen
también. El miedo a que la realidad decolore el paraíso imaginado es algo que
no puedo evitar sentir.
Afortunadamente,
como en otras ocasiones y contrariando la Ley de Murphy, si algo puede salir bien, pues
simplemente sale bien y sanseacabó. Como pasó ayer mismo, sin ir más lejos, con
este friso sobre las bifurcaciones sentimentales y las travesías vitales de una
pareja burguesa, venida a menos, que, después de romper sus relaciones
amorosas, intenta mantener vivo un vínculo que les mantenga unidos más allá de
las diferencias.
Comparto
plenamente esa línea filosófica que obsesiona a Simó por la que, dejando a un
lado los desencuentros, si hay algo ante lo que los dos nos extasiamos por
igual, ya sea a través de la música (en este caso una canción bien conocida de
Triana), los versos de un poema, o una puesta de sol como la de “El rayo verde”
de Eric Rohmer (tan presente), cualquier relación merece la pena, sea cual sea
su estatus.
Desde el
primer momento, la acción sin pausa, el ritmo envolvente, los silencios
reflexivos, de Bere y de Simó, nos van enganchando en una espiral que, de tan
real, escuece. Ella, con sus viajes, sus aventuras, sus escarceos, sus cambios
de temperamento, su búsqueda y sus tropiezos, siempre vuelve. Él, inmóvil,
degenerando física y sentimentalmente con el paso de los días, casi decrépito
al final, exiliado entre las cuatro paredes de su casa, espera y desespera.
Tanto
Anna Alarcón, como Xavier Sáez, nos
transmiten verdad y realismo, a través de sendas interpretaciones soberbias, en
una escenografía, un café teatro, o el mismísimo salón de tu casa, que te hace
sentirte cercano y parte, un interlocutor silencioso que escucha las
justificaciones de los personajes como si fuese el único destinatario de las
mismas, y observa el deambular de los actores por la sala, retorciéndose a
veces sobre la butaca, para que no parezca que le da la espalda al que le
habla.
Con un
texto muy bien estructurado, de ágiles diálogos, escrito en un lenguaje
plenamente comprensible y cotidiano, de Iván Morales que, además, dirige con
mesura y brillantez.
Una obra
muy completa, un paraíso de colores certeramente definidos. Bien, muy bien.
Este FIOT sigue ahondando en la crisis de pareja, en sus encuentros y
desencuentros, de una manera tan amplia, que todos podemos vernos reflejados,
de alguna manera, en sus variadas tramas.
Salud
No hay comentarios:
Publicar un comentario