(FIOT 2015)
XXIV FESTIVAL INTERNACIONAL OUTONO DE TEATRO DE CARBALLO
VARIACIONES PARA UN ERROR
(A propósito de “Constelaciones” de Kendosan Producciones)
SANTIAGO PAZOS
Si pudiésemos volver atrás y corregir lo que salió mal, guiándonos
por la apreciación y la valoración que en cada momento hagamos de lo que hemos
vivido, estaríamos permanentemente corrigiendo unos errores a los que
inevitablemente sucederían otros errores que a su vez necesitarían de nuevas
correcciones. Todo lo contrario del eterno retorno, porque en esas variaciones
viviríamos experiencias totalmente distintas, o ligeramente distintas, según
tengamos en cuenta lo acontecido, lo que pudo acontecer y lo que evitamos que
aconteciese.
Pero “Tú no puedes volver atrás…”, como decía José Agustín
Goytisolo en “Palabras para Julia”. No podemos volver atrás, porque si yo
pudiese, si fuese posible, volvería a ver por primera vez “Constelaciones” para
comprobar si mi estado de ánimo influyó de algún modo negativo en el recuerdo
que conservo de esa experiencia.
Volvería sin dudarlo porque me gustaría sentir el entusiasmo que
los actores protagonistas, y productores de esta obra, Inma Cuesta y Fran
Calvo, transmiten cuando hablan de su proyecto. Noto que debí de perderme algo
en una representación que se me antojó fría, maquinal, baja de pasiones,
minimalista en lo corporal y en la presentación escenográfica.
Sí, hubo momentos de tensión, de ternura, de violencia, de
ironías, de equívocos, de tristeza y superación, de amor y desesperación, y sin
embargo no me engancharon. Me quedé con la impresión de que en ese cuadrilátero
los púgiles hacían posturas de salón, bonitas para la galería pero sin sudor,
sin sangre.
Me faltó algo y no fue el texto de Nick Payne, inteligente y
profundo, quirúrgico en esa disección que hace de una relación de pareja donde
el amor es solo una parte más de lo que el azar trae a nuestras vidas,
expositivo en las diversas posibilidades que tenemos para alterar el curso del
destino, y clarificador al mostrarnos que nuestras decisiones no son casi nunca
definitivas.
Ya digo, insisto, volvería a verla y les recomiendo que, si
tienen ocasión, hagan lo mismo. Volvería porque me gustaría comprobar si me
faltó algo a mí, o me escatimaron algo ellos.
Salud
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